Alba Morillo Moruno

Azuaga - Opinión -

No sé su nombre ni tampoco me interesa, pero, hubo alguien que decidió no quererte. Fue entonces cuando ya no le volviste a llamar amor tras una mañana en la que te dejó escapar como si fueses agua entre sus dedos. Te aseguro que no te merecía.

Esa vez, te clavaron y retorcieron el puñal por la espalda. Aun así, te quedaste un ratito viviendo en el pasado. Luego todo se enfrió, te alejaste y descubriste lo bonito que es mostrar interés y recibirlo de vuelta.

Entendiste que ya nada a medias y por ello, sólo dejas la puerta abierta a toda persona que se dé cuenta de la tremenda obra de arte que tiene enfrente. Hoy, permites la entrada a quien no se le acaban las ganas porque al final, son demasiados los amores que se vuelven fugaces.

Y no, no conozco a esa persona que te alejó de su lado, pero qué bueno que un día lo hizo. Porque te arrancaba más lágrimas que carcajadas. Porque continuaba merodeando de boca en boca sin encontrar cobijo. Porque todo comenzó mal, llegando tarde. Y eso, no se hace en el amor.