José Gordón Márquez

Azuaga - Opinión -

Va el caminante andando hacia el futuro

ese futuro incierto a nuestros ojos,

parecen que son montes,

que no podemos salvar en nuestra debilidad.

Y no vemos,

que tras azulados fantasmas de de montañas,

está la mano que nos libra

del enemigo negro del pesimismo.

Todo consiste, amigo mío,

en tener fe en la alborada,

en alzar la bandera blanca de Cristo,

en dejarse guiar por esa estrella,

que todo alumbra y todo lo allana.

Hay que desterrar la noche,

alejarse de las rosas sin pétalos,

de las rutas de hielos;

llevado del soplo del Espíritu,

hablando con la voz del corazón,

derramando la Gracia con la vida,

y pintando todo de verde esperanza.

Y consagrado en el silencio

se hará llano el camino,

con la fuerza y hermosura del

 Santísimo. Con la ayuda del gran Amor Divino.

       ACCIÓN DE GRACIAS

Terminamos esta celebración dando gracias a Dios por haber puesto en nuestro camino a don Felipe. Por su trabajo, por su servicio, por su desvelo, tanto aquí como en Cardenchosa.

 Porque ha sabido ser instrumento del Señor aun en medio de dificultades e incomprensiones, siguiendo la huella de Aquél que un día le indicó el camino que debía tomar.

 Desde la contrariedad que tu traslado nos ha causado, te deseamos de todo corazón, que te vaya bien en tu nueva parroquia. Cuenta con nosotros para lo que sea. No te sientas solo.

Esta comunidad sabe que te has esforzado, que has asumido con seriedad y responsabilidad tu misión, por ello: GRACIAS,  DON FELIPE.

Termino con estos versos que quizá hayas leído alguna vez:

  Toda tierra es cautiverio,

toda tierra es reconquista,

toda tierra es patria nuestra.

Todos somos viajeros

en esta tierra del tiempo

en medio de un pueblo en éxodo.