Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Hace mucho tiempo, Jesús de Nazaret dijo unas palabras, que son utilizadas como un dicho en nuestra sociedad: “que quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”, y así de claro es,  en la actualidad las piedras se han vuelto boomerang.

Boomerang que hacen que seamos esclavos de nuestra palabras, de palabras que utilizamos con los demás pero sin mirar qué tenemos alrededor , aquellas que es mejor no decirlas y menos llevarlas a los tribunales. Ya se está vislumbrando a donde quiero llegar... Hablo de los juicios paralelos que estamos acostumbrados a hacer, a raíz de lo que aparece en prensa y televisión, no por datos contrastados, datos que  algunos intentan buscar con artimañas propias de 007, o de espías.

Cuando la libertad de expresión pasa a ser un c4 (Composition C-4’ variedad común de explosivo plástico de uso militar o terrorista) donde deja destrucción a su paso pero sin pensar en su consecuencias, cabe recordar a las mismas personas que tanto defienden ésta libertad, que la libertad termina donde empieza la de otro, y más si cabe en éste, nuestro país, de libertad y democracia, que a los demócratas nos duele profundamente.

Seguimos con muchos temas en la mesa, el famoso caso Bárcenas, presentado por un periódico a través de las fotocopias recibidas por un anónimo... Lo que lleva a los señores del PSOE e IU, a utilizarlo como arma arrojadiza contra el Gobierno, arma que no está contrastada hasta la fecha y son conjeturas propias de esa libertad de expresión o libertad de prensa mal aplicada en nuestra sociedad. No quiero irme por las ramas, y bajando a terrenos más firmes, ese arma tiene un nombre boomerang. 

Tanto ataques sin infundar hacia el Partido Popular... mientras que el Propio Ex ministro Blanco reconoce que el Estado le pagó la ampliación de su casa o mientras tanto hablar de desahucios y dejan de pagar a Hacienda (lo que es a todos los españoles) por parte de IU, cabe resaltar que mejor no atacar sin fundamento, cuando tenemos una viga en el ojo.

Los datos están claros, y en nuestro país hay una doble vara de medir, a unos no se puede demostrar los delitos, porque las cuentas están claras, mientras que otros reconocen abiertamente que participan del juego sucio de la corrupción, que una vez por todas debemos erradicar de nuestro país y lo que es más importante, que vuelvo a recalcar, que hay algunos hombres buenos en la política.

Debemos hacer memoria y pensar en la presunción de inocencia y no la presunción de culpabilidad, donde todo vale, que debemos demostrar la inocencia, no que somos culpable y para ello apostillo que la presunción inocencia se incluye en la Constitución Española en su artículo 24 y no quiero cerrar sin las palabras del que es presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska : “El juicio paralelo es una información continuada sobre imputados estableciendo un estado de opinión sobre los hechos y su participación. Es una patología, que ataca de forma indebida la presunción de inocencia o al derecho a un juicio justo”. Por tanto debemos no ver la astilla en ojo ajeno cuando tengamos la viga en el nuestro, evitando tirar piedras como boomerang.