Publicado el 25 de Agosto de 2008, Lunes
Espiel - Opinión - En la madrugada del día 9 de mayo los vecinos de
Peñarroya-Pueblonuevo sufrieron una espantosa gota fría. A las 6.30
horas de esa misma mañana un autobús de viajeros de la empresa López
efectuaba su salida a una de las minas.
Imaginémonos que la pavorosa tormenta sorprende a dicho
autobús bajando o subiendo la maldita y condenable carretera 432-A, ese
actual engendro monstruoso de vía tercermundista, por el que se ven
obligados por narices a pasar los viajeros, con destino a Córdoba o
viceversa, y siempre en ambas direcciones, deteniéndose en Espiel. Pues
bien: cualquier día, y en su horario habitual, un autobús con todos sus
ocupantes dentro puede experimentar la imposibilidad de escabullirse de
gravísimos problemas de seguridad y estabilidad, materialmente atrapado
a merced de las enfangadas aguas, que habrían desbordado los taludes de
un lado de la carretera, y del otro, su despeñamiento hacia las
profundas simas, donde en inútil e involuntario holocausto a la
insensatez, al menosprecio de los ciudadanos, y a la infrahumana
insensibilidad cívica de una autoridad inepta, vinculada con este
asunto, perderían sus vidas las gentes sencillas, la gente del pueblo,
las que no cuentan para nada, las que no tienen voz, pero sí,
lamentablemente, el voto de las urnas, estúpidamente dilapidado para la
seguridad de sus vidas.
El Ministerio de Obras Públicas y Transportes acogió en su día
una queja ciudadana sobre esa anómala conducta de atención hacia los
deberes cívicos y, a través de un contundente informe in visu del
personal estatal apropiado se confirma que la zigzagueante carretera
que, partiendo de Espiel hasta su cima, próxima al cementerio local,
tiene como "misión actual dar acceso a las fincas colindantes, ya que
el itinerario principal corresponde a la Nacional-432 de Badajoz a
Granada, desde donde se puede llegar a todas las localidades
colindantes con el trazado de la misma" Añade, además, que la "opción
más recomendable sería circular por la N-432 de Badajoz a Granada y
acceder a Espiel a través del enlace 219", pues la actual carretera
432-A (por ella sube y baja diariamente el autobús de la empresa López)
se halla, "en mal estado de conservación por presentar asfalto
desgastado de bajo coeficiente de rozamiento, baches aislados y con
algunas grietas, sin arcenes, con taludes y grandes desniveles, en el
lado izquierdo y derecho, y con el agravante que éste, con objeto de
evitar salidas de la vía, está dotado desde antiguo de vallas
semirrigidas de protección lateral en todo el trazado, que solamente
sirven para proteger turismos y vehículos de dos ruedas, abundantes las
curvas de radio pequeño, algunas con una visibilidad muy reducida. En
general, es un tramo estrecho que, para la circulación de vehículos de
grandes dimensiones, como el de los autobuses, se hace necesaria la
invasión parcial del carril reservado para la circulación en sentido
contrario, cuando se circula por las referidas curvas. En cuanto a los
pretiles laterales, carecen de efectividad para vehículos de grandes
dimensiones como son los autobuses, que ante una hipotética salida de
vía, éstos se precipitarían por un desnivel muy pronunciado con
evidentes resultados catastróficos de vidas humanas."
Entristece que el señor alcalde de Espiel, al leer esta última
admonición, evidentemente terrible, no haya arbitrado todavía el lugar
oportuno de parada para viajeros, y ampara su irresponsabilidad y
culpabilidad de cualquier infausta calamidad, en la memez de atribuirla
a la "fatalidad" -concepto arcaico-, sin más definición que la de ser
una arbitrariedad metafísica, sacada de los viejos mitos. Sin embargo,
constituye una auténtica insensatez escribir con halago que durante 50
años no ha ocurrido una desgracia en esa carretera 432-A. ¡Cómo se
puede complacer cualquier autoridad de una situación tal, que tan sólo
depende única y exclusivamente de las aparentes veleidades de los
agentes naturales y no de los hombres, salvo en la medida de
prevenirla, a fin de disminuir sus catástrofes! Esta debió ser su
obligación desde el primer momento que ocupó el sillón municipal y así
debió haberlo pensado, cuando desde la planificación de vías del Estado
y empezado ya el trazado de la N-432, no obedeció el criterio de
Fomento, que señalaba, y aún señala como entrada y salida a Espiel, que
se haga por la hijuela 219. Desentendiéndose del asunto de los
autobuses de viajeros, que bajan y suben por la execrable 432-A,
califico reprobablemente antisocial e inhumana su abstención, y punible
su desatención ante una posible catástrofe de vidas humanas.
Francisco (D. Córdoba)
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