Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Muchos de nosotros recordamos aquellos años de la universidad, cuando la dialéctica era un arma, y con argucias propias de jóvenes que estaban dando sus primeros pasos en la vida adulta, marcaba horas de estudio y al fin al cabo la experiencia de éstos. La liga de debates, era ese mes preparando un discurso ecuánime y lleno de artificio, que nos llevara a ser mejor que otro en el uso de la palabra.

Los políticos parecen que carecen de ello, y para muestra los debates políticos previos al 28 de Abril, que en lugar de mostrar Hombres de Estado, no llegaron ni tan sólo a universitarios con poder en su palabra y siendo la oratoria la arma perfecta para atraer a un espectro político. Ambos debates han mostrado lo bueno y lo malo de la política, el poder de la palabra y el mal uso de ella por doquier.

El chico universitario de los debates, una máquina de la oratoria pudo demostrar que Cataluña, no sólo es su tierra sino que desde ella,  se puede tener Vocación de Estado; que puede arrancar votos a la derecha y acercarse al centro, pero éste ha demostrado,  que sólo su intención es ganar. Naranja es su color, siendo fuerte en el primer debate y convirtiéndose en faltón en el segundo, perdiendo todo aquello que le caracterizó y arrastrándose al barro de la falta política.

El Presidente, quiso ganar sin bajar del Falcón y sobrevolando sobre los demás, ejercía y usaba la fuerza de presidente más que la de candidato, lo que ha hecho una vez más que no está en la realidad, y que su gestión es lo que demostró en sendos debates una razón de postureo.

Más a su derecha se encuentra el delfín del Pp, aquel joven listo e inteligente bajo el amparo de Aznar, que ha puesto de manifiesto que en el recorrido se crece, pecando en el primer round de novato en esto de la política y aguerrido en la segunda contienda.

En el banco morado, se convierte en la nota discordante en la parte negativa en su estilo y en la positiva saliendo victorioso, convirtiéndose en arbitro y parte en los debates, y atrayendo a la facción de izquierda moderada sin apenas esfuerzos

Los debates no han mostrado la fuerza de políticos de antes, las buenas formas de oratoria, sino un perfil descafeinado. Esperemos que en lo que se presenta, que sean parcos en palabras y abundantes en hechos, ya que la política es en esencia, la herramienta para  poder mejorar la vida de otros.