Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Es una pregunta que me hago, una reflexión, la de si debería sentirme orgulloso de ser español. La respuesta no es fácil, en absoluto, puesto que creo que sentirse orgulloso de tal o cual lugar es poco menos que dejarse llevar más por el corazón y el dogma que por la razón y, frecuentemente, puedes toparte con otra persona que igualmente equivocada opine que su lugar de origen es el mejor del mundo, con lo que ya tenemos un problema.

Hace unos años podría haberme sentido no sé si orgulloso, pero cuando menos satisfecho, de ver unos servicios públicos que, de mejor o peor manera, con sus problemas y sus deficiencias, eran de cierta calidad, pese a la precariedad laboral. Teníamos una sanidad cada vez mejor, una enseñanza universal y gratuita, una protección social cada vez más amplia, los servicios de basuras y aguas potables eran la mayoría gestionados por empresas públicas, la gente no pasaba hambre… Hoy cada vez veo ese panorama más distante y lejano.

Los hay que se llaman patriotas, que se sienten orgullosos de ser españoles, incluso en los dramáticos momentos que atravesamos, pero yo no encuentro sentido alguno a su actitud. Me pregunto por qué se sentirán así… no sé ¿Sólo por haber nacido aquí? ¿Por las glorias pasadas de un imperio de pies de barro fenecido hace ya más de cien años? ¿Por puro chovinismo sin fundamento? ¿Por la ridícula afirmación de que “en otras partes están peor”? ¿Por los éxitos deportivos de la selección de “furbo”? Damas y caballeros yo no lo entiendo, no entiendo su actitud, puesto que ninguna de las preguntas que formulo puede tener una respuesta razonada concluyente, aparte porque llego a la conclusión de que ninguna cultura, ninguna identidad nacional, es ni mejor ni peor que otra, sino distintas, sólo eso.

Sin embargo, tal vez, podría encontrar razonable que alguien pudiera sentirse medianamente orgulloso de ciertas cosas, de ciertos indicadores. Podría entender que nos sintiéramos satisfechos como españoles de tener una economía que satisficiera las necesidades de nuestra población, podría entender que nos enorgulleciéramos de tener una sociedad más justa, podría entender que fuera motivo de orgullo que un día fuéramos un país sin opresores y oprimidos, podría entender que nos sintiéramos orgullosos de ser una sociedad justa, democrática, culta y tolerante. A día de hoy no somos como sociedad, como entidad nacional, nada, absolutamente nada de eso, en ninguna de las diecisiete autonomías y dos ciudades autónomas, en ninguna de las cincuenta provincias, en ninguna parte de la piel de toro. Así que si no veo motivos aparentes para sentirnos orgullosos o satisfechos de nuestra nacionalidad, dejo en el aire la pregunta: orgullo de ser españoles ¿A santo de qué?