Opinión -

Este mundo no hay quien lo entienda. En cuestión de temas sexuales se ha formado tal lío, que la O.N.U. tendrá que realizar, una guía ( en vez de la guía Michelin de los buenos restaurantes, la guia Chicholin de los buenos ... bueno, eso de los buenos).Nuestra Vicepresidenta, se da un garbeo por la República del Niger, le ponen a la pobre un negrazo, con morenas por todas partes, se hace la que hace tres mil quinientas foto del día, y se forma la del otro mundo, porque el moreno era el esposo de las tres mozas sonrientes. Ahora como con la parrala, unos decían que sí, otros decían que no, pero todos intentan sacar jugo a una fruta que está madura desde antes que el cristianismo. La poligamia existe, desde antes que el matrimonio ( y ella, profundamente laica lo sabe seguro) y escandalizarse a estas alturas es como lamentar ahora, las victimas del Titanic.Últimamente, nos estamos desquiciando con el tema del sexo. En Estados Unidos, han condenado a una cadena de televisión, por unas escenas ( bastantes suaves por cierto) en las que se ve los glúteos de una buena moza. La señorita, se dirige al baño y de espaldas  a la cámara, deja caer la bata, y esa es la parte que se ve, hasta donde pierde su nombre y lo cambia. La noticia la leo a las doce del mediodía, y al llegar a casa, en el telediario de las tres, (en todos supongo) nos ponen sobre el salmorejo fresquito, jamón de todos los gustos, sin ningún tipo de disimulo el simpático presentador nos comunica, de la última gracia artística del fotógrafo Spencer Tunick, con dos mil personas en porretas, en un campo de fútbol, salvese decir la cantidad de carne expuesta en dicho césped. Uno piensa que los americanos habrían condenado el informativo (hay que tener en cuenta, que todavía tienen el susto en el cuerpo, desde que la más guapa de los Jackson les enseñó una teta sorpresiva) cuando lo más desagradable hubiese sido que la hubiese enseñado el más decorado de los hermanos.Todo hipocresía, la de ellos en defensa de una mojigata televisión pública adocenada, y a su  vez siendo la mayor productora y distribuidora de material porno en todo el mundo. Y la nuestra, porque nos consideramos y solemos vender esa burra al resto de los humanos, los más libertarios y liberales del mundo mundial. Admitimos gays y lesbianas con normalidad, porque políticamente nos interesa, admitiremos pedófilos y zoófilos cuando la necesidad lo demande y sin embargo levantamos un “cacao” impresionante por un sistema de parejas que como aquí no se estila, queda fuera de toda lógica. Los occidentales cristianizados, tendemos a tener el ombligo más grande del universo, podríamos llenar el periódico de ejemplos que tienen su significado y que a nosotros se nos escapa.Los ávidos reporteros que nos cuentan la noticia y los políticos que se aprovechan de ella, olvidan detallarnos las condiciones en que vive esa singular familia, probablemente encontraríamos que ese hombre se porta mejor con sus tres mujeres, que la mayoría de nosotros con una sola.Busquemos los rabiosos delitos que se cometen en esas latitudes, donde se practica la ablación como norma usual, la lapidación a la adultera, y sobre todo se practica una ausencia de derechos mínimos a la mujer, pública y notoriamente. Los americanos unos estrechos, nosotros unos descarados y los demás unos tontos por no imitarnos. Vaya asco de mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos, si es que le dejamos algo.