Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Opinar es gratuito, opiniones, como los gustos y los colores, hay variedad. Pero hay algo que no sé a ustedes pero me pone negro. 

El fenómeno del "cuñadismo" o lo que de toda la vida hemos llamado el "enterao" de turno. Sí, hay gente, porque de todo tiene que haber en la viña del Señor, que cree saber de todo, que por todo opina y que nunca calla. Suena curioso que escribiendo artículos de opinión servidor diga semejante cosa, pero la verdad es que uno procura informarse lo mejor que puede antes de abrir el pico o darle al teclado, no por nada, si no porque no quiero quedar como un "cuñao". 

Hacer afirmaciones sin base para darse autobombo puede ser una de las cosas más insufribles para los que tienen la desgracia de cruzarse con uno o una de semejantes ejemplares.  No te dejan hablar, no puedes rebatirles, son sota, caballo y rey, tengan la razón o no y encima hipersensibles a que les rebatas con argumentos. No importa que tengas tú o el de al lado más razón que un santo, les da lo mismo, son pluscuamperfectos por la Gracia de Dios. 

Pero en la vida te topas con esta gente, y más desde que existen las redes sociales. Te guste más o menos siempre aparece alguno o alguna que va de ese palo y que, normalmente, se escuda bajo el anonimato de un pseudónimo. Da lo mismo que trates de evitar en tu vida diaria a esta clase de especímenes, por la red te los topas.¡Y de qué manera, madre mía de mi vida!. Debates absurdos que se abren por un tema de cierta importancia y que al final degeneran en un "y tú más". 

Pero ya el colmo de los colmos es que opinen sobre temas en los que se las dan de expertos, para los que no han movido un dedo y encima para quejarse. Si se lucha por el cercanías en Córdoba y al final lo ponen, hay alguien que se queja como si hubiera sido el inventor del ferrocarril; si no se podan bien los árboles, nadie va a la aplicación del Ayuntamiento para notificarlo, se quejan y basta, pero no hacen nada, pero es que además se quejan con "toda la autoridad" y exigiendo que los demás hagan algo, pero si los demás lo hacen, siempre les parece poco. En suma son lo insufrible dentro de lo insufrible.

Ahora bien, creo que voy a poner en práctica un viejo proverbio ruso a partir de ahora: "no intentes enseñar a cantar a un cerdo, perderás tu tiempo y molestarás al cerdo". Pues eso mismo, a pasar de los "cuñaos" y "cuñás" que la vida son dos días.