Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Como cualquiera de vosotros, guardo unos días de sol y playa para el descanso e intentar recuperar parte del tiempo sustraído a la familia y la pareja. Basta con jugar con ellos, pasear, hablar, descubrir que cada cual es un universo en sí mismo. A veces, misteriosos e inabarcables. Aunque no se recupera ese tiempo perdido, se intenta. Nuestro Sol nos nubla las ideas y nos resblandece la conciencia con facilidad. Nos engañamos pensando que esto es la vida auténtica. Cuando es el sucedáneo del placer hedonista, ese que sí deberíamos cultivar con esmero, sin depender del dinero y las pulseras de todo incluido en las barras del complejo hotelero.

Ademàs resulta difícil descansar en estas playas del sur. Allí donde miro, sólo me asaltan dudas. Raras parejas que sólo los une la costumbre, la soledad o tatuajes elegíacos o costumbristaa, para el caso es el mismo. Personas mayores vigorésicas, pero con el mismo cansancio que la anciana que no se despega de la hamaca y su sombra, incapaz de comprender que es el último verano antes de ingresar a la Residencia. Y el alcohol y el ruido fundiéndose con el olor a los espetos en los que nos abrasamos todos.

Pero lo peor es el tipo de la sucursal del Santander. Es un vampiro en toda regla. Cara de autocomplacencia, pese al cuerpo olvidado y el ridículo de sus gafas de moda y su rolex junto a la pulsera con los colores de la bandera patria. Fuma sin parar y sonríe viendo la carne fresca que somos para él y los de su estirpe. Ver los chiringuitos y los Hoteles llenos le pone la carne de gallina. Sospecho que se excita incluso al pensar lo olvidadizos que somos sus clientes-víctimas. Otra vez en sus redes, pero con menor resistencia cada vez. La crisis ha mermado la capacidad incluso de protestar ante nada, porque ya nada cambiará en este mundo globalizado y más injusto que nunca. Casi me da lástima el tipo. Sobre todo porque ignora que él ocupa el mismo escalón en la base alimenticia del capital que el resto. Su sueldo le da para ese rictus idiota de señorito satisfecho, y aunque ocupe una buena habitación en el mejor Hotel de la zona, los verdaderos vampiros veranean lejos de aquí, aunque la sangre que los sigue alimentando sea la nuestra..