Publicado el 15 de Febrero de 2024, Jueves Carlos Ramirez
Opinión -
Desde los albores del marketing,
siempre se ha caído en la miopía del marketing, aquel concepto que se centra en
lo que quiere la empresa y no el cliente, que es el centro de ello. Pues sin
darnos cuenta seguimos cayendo en ello. Se ha relacionado la calidad con el
precio, se ha usado el concepto manido de calidad-precio, pero la gente busca
algo más.
Esa búsqueda se centra en las experiencias,
y que el cliente quiere algo más que consumir un producto concreto, el hecho de
aquello que produce ya sea como producto snob (como surgió el iPhone) o la alta
satisfacción que supone el adquirirlo, pero ya sabemos ahora lo que sale en
redes sociales debe ser bueno, porque lo anuncia tal y cual.
Hace unos años salió la ley que
afectaba a las cookies, ese rastro que quedaba cuando “surfeábamos” por la red
y que te personalizaba los anuncios; sin olvidar los micrófonos abiertos de
Alexa o Siri. Por otra parte, somos esclavos del sistema, todo esta
monitorizado, dejando poco o muy poco a la elección del consumidor.
En esa vorágine de cookies, había
ocasiones que era sencillo rechazar o bloquear todo; pero en otras ocasiones
había que estar casi 30 minutos rechazando proveedor a proveedor, pasando a
consentir todo porque el tiempo es oro. La nueva jugada maestra, de la mayoría
lobby o grupos de presión (entre ellos los medios de comunicación), establecen
la suscripción como método de bloqueo de cookies, sino tu información será
vendida a otros, por lo que ya lo gratis, es cosa del pasado.
Están mercantilizando con
nuestros datos, gustos, pero la deriva que origino Facebook es un tsunami poco
democrático, porque ellos manejan la información y el poder. Recuerden que esto
es una sociedad del caos, y mientras más libres creemos ser más presos del día
a día somos.
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Noticia redactada por : Carlos Ramirez
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