Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

La formación ha sido siempre un elemento diferenciador entre los individuos, ha marcado la diferenciación en el mercado laboral; pero en los últimos años ésta situación ha llevado a límites insospechados, teniendo a personas cualificadas en puestos de trabajo que están muy por debajo de las expectativas laborales, formativas y personales de los individuos, porque si no aceptas las reglas de juego habrán 10 por detrás de ti que si lo aceptarán.

Dicho esto, ya no nos pueden extrañar los movimientos en los curriculum de los políticos, que si no es tan abultado como parece, vendrá otro y me sustituirá. Aquí no reside el problema, ya que el individuo puede estar estudiando y ganando experiencia toda la vida, sino las formas de conseguirlo, aprobando asignaturas cuando las actas llevaban meses cerradas, detalle que bien conocen los universitarios, que cerrada el acta, eso va a misa y queda cerrado el convento.

Miles de curriculum están maquillados para seducir a los reclutadores, pero el problema radica en que un Presidente del Gobierno no puede dar lugar a dichas situaciones, porque no debemos olvidar que está en sus manos el futuro del país. 

Para refrendar teorías o razonamientos debemos tener una tesis, basada en la investigación, pensamientos y observaciones sobre un tema en cuestión, siendo lícito revisar lo dicho anteriormente pro otros, ya que esto lleva a enriquecer lo que se defiende, pero la búsqueda de información para plasmar como propias ideas, no hace otra cosa que enmascarar la realidad y "se coge antes un mentiroso que a un cojo".

El plagio está penado por ley, por lo que engañar con un elemento tan importante como es un doctorado, no hace otra cosa que engañar al sistema , hacer un agravio comparativo sobre el resto y lo que es más flagrante, si esto te habilita después  para dar clases o para ser Presidente del Gobierno.

La  formación debe ser un elemento de enriquecimiento personal, que lleve al individuo mejorar sus condiciones laborales, su vida y sobre todo a conseguir sueños y anhelos, ya que el conocimiento no es finito y no hay que olvidar a Sócrates: "sólo sé que no se nada".