Publicado el 15 de Noviembre de 2023, Miércoles Félix Suarez
Opinión -
Las previsiones para el presente
otoño-invierno son de que sean unas estaciones normales -60%- o de que
continuemos con la pertinaz sequía -40%-. Por el momento comienza a llover
(estamos a mediados de octubre), la cuestión que se nos plantea es ¿Seguirá
así?
Falta hace. El campo lo necesita:
sean olivos, alcornoques o encinas lo que toca es que otoñe, que el fruto
crezca y que la aceituna y la montanera sean normales por primera vez en varios
años (la aceituna escasea y los piensos para el ganado desbocados). Centenares
de familias de la zona lo necesitan con verdadera desesperación.
Este hecho nos lleva a
reflexionar sobre la fragilidad humana. Nos hemos creído que somos la cúspide
de la evolución, la especie todopoderosa, los amos del Planeta, pero en el
fondo dependemos del clima. Lluvias y temperaturas condicionan nuestro devenir
a pesar de haber invertido ingentes cantidades de recursos en dominar el medio
a través de obras hidráulicas (con las idas y venidas de Sierra Boyera, La
Colada y Puente Nuevo), sistemas informatizados, gestión de recursos y mil
cosas más.
Pero a pesar de todo, no somos
nada sin la lluvia y unos ciclos estacionales estables a nivel térmico. En el
fondo, se nos ha subido a la cabeza nuestro supuesto poder, pero no podemos
desvincularnos, aunque queramos, de lo esencial en la naturaleza.
Estos acontecimientos no hacen
sino recordarnos que, creamos lo que creamos, en el fondo, frente a las fuerzas
naturales, no somos sino una especie más a su merced.
Dicho esto, al final, con tantas
tecnologías, tanto gurú iluminado y futurista y tantas historias, seguimos como
seguían nuestros abuelos, mirando al cielo y preguntándonos ¿Lloverá?
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Noticia redactada por : Félix Suarez
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