Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Aunque haya kilómetros de distancia el corazón siente, y usa la razón. Así actúan las instituciones en nuestro país, usando la razón y poniendo a cada uno en su lugar; ya que algunos creen que porque una mentira repetida infinidad de veces se va a tornar verdad, ya sea en Bruselas o Dinamarca, están equivocados.

En política, para algunos vale todo,  debemos recordar que tenemos una reglas muy establecidas, conocidas por todos y un elemento común, la Constitución. En estos días, en el que el Willy Fog del independentismo, recorre Europa, se pone de manifiesto que el circo ya está montado, pero día a día se demuestra que las instituciones españolas y europeas, no van a participar en ello.

Puigdemont, se reúne en una universidad con los suyos, con los que no aceptan las reglas del juego, al fin al cabo son los "tramposos democráticos" que nadie quieren en su partida, ya sea aquí o allí les ponen las orejas coloradas; por la sencilla razón que para ser democrático debes acatar las reglas del juego, no servir a Dios y  al dinero.

La prensa se hace eco de las decisiones de las instituciones españolas, que indican que Puigdemont busca un arresto mediático, para poner de manifiesto sus tesis,  de que España no es democrática y que no dejan decidir al pueblo catalán. Habría que destacar que unos no pueden decidir por muchos, porque lo mismo la decisión de muchos no es la de unos pocos, así es la democracia, que tanto llena la boca de este señor pero no sabe su significado.

Ya Marlen Wind (  Directora  del Centro de Política Europea) denomina al esperpento de Puigdemont, como un circo que sólo busca ser una víctima de ésta situación, dejando en evidencia a nuestro país, y viendo que sólo personajes de éste tipo sólo deberían estar en la cárcel como indican las instituciones nacionales.

El tiempo dará la razón a todas las instituciones europeas y españolas que esta nueva deriva , no es más que la bandera de unos pocos, donde todos buscan sacar tajada, pero lo que debe primar es la ley que nos dimos los españoles y esa no es otra que nuestra querida Constitución.