Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Emulando al mexicano con la canción "Las mujeres de tierra", yo diré "de mi pueblo" ¡Que mujeres! y es, que esa naturalidad que les caracteriza, junto a la  hermosura y lozanía propia de respirar el aire del Peñón, las hace muy atractivas  especialmente, para los foráneos puesto que los naturales, solemos advertir  menos esas virtudes tan significativas en nuestras féminas. Lo cierto es, que si soy sincero debo reconocer que a partir de los 14 años,  ya me atraían un montón las que estaban a punto de casarse, que formaban un "ramillete" muy nutrido y selecto.  Hoy con más de 70 años, algunas ausentes y otras viudas, aún conservan ese encanto innato tan suyo.

    De las de mi época, (si eres más joven) todo lo que te diga es poco, a la edad referida de los 14 ya había algunas que te dejaban sin aliento, no en vano, como la mujer siempre se "abre" antes que el varón, hasta los 17 ó 18 no estábamos a su nivel entonces, comenzabas relacionarte e iniciarte en  aquel jardín de rosas frescas, que te brindaba el paseo desde "La Farola" al "Cine Romero" donde las más atrevidas ya se dejaban ver con  minifalda y aquello era una locura, si una estaba guapa la otra era una joya ¡Que cosas más ricas! De ahí que los mozos del Terrible se volcaran en Peñarroya como las moscas a la miel. Hoy cuando topan los 60 son lo mismo que  el buen vino, como será que si van con su hija, en algunos casos no sabes cual de las dos está mejor.

    Sobre las que están entre  40 y parte de los 50, prefiero no ser muy explícito evitando así, que algún marido se incomode, pero lo cierto es, que además de estar en  una edad perfecta, si además su físico les acompaña como es el caso, pues miel sobre hojuelas. En esta franja, se deja notar la emigración a Castellón y otros, que junto a los pocos puntos de  concurrencia que ahora existen en el pueblo, su presencia se escasea pero bueno, como son ramas de buenos árboles, el saber de su existencia ya es bastante.

    Las de 30 a 40 algunas todavía solteras, que decir de ellas, si aún conservan el calificativo de "bombón", como en su día lo fueron sus madres y porque no sus abuelas. Cuidado con las que célibes, que espabilen los del pueblo antes de que llegue uno de fuera y se lleve a la que en su tierra debe dar el "fruto", que la misma le demanda.
     Y para los "yogures" de menos de 30, que se cuiden en  beber, fumar y… "otros", que eso termina pasando factura y es una pena que por culpa de esos "desmanes", se deteriore una etnia cuyos orígenes, se remontan a 600 años. Sin menospreciar a otras, que por su proximidad y hasta consanguinidad, también tienen mucho que hacer y decir.

     Alguno/a después de leer todo esto, se preguntará ¿Y porqué se casó con una forastera? Pues porque la conocí y me cautivó en ¡MI FERIA! Que nadie piense que salí fuera a buscar novia, la encontré en mi pueblo. Es curioso, en esa feria todos los amigos encontramos pareja, unas "cuajaron" y otras se "perdieron" por el camino. No obstante hasta más de los 23,  cumplí a la perfección  lo que "predico", tanto con novias de más o menos entidad, como con amigas en paseos, reuniones, bailes, bares, campo, casino, etc., todas eran de mi querido Peñarroya y por si quedaba alguna duda, a los  50 ratifiqué de nuevo mis creencias y principios. Teniendo siempre presente, el largo paréntesis que significó mi matrimonio, así como la existencia de mis cuatro hijos.