Lourdes Paredes Cuellas

Peñarroya-Pueblonuevo - Opinión -

migo Juan: termino de llegar de Zaragoza donde junto a tu desconsolada esposa, tus afligidos hijos, Juan-Diego y Paco; tus muy afectados hermanos, Jenaro y Pepe; así como el resto de la familia y  un gran número de amigos y vecinos. Te hemos rendido el último homenaje que toda persona de bien, como es tu caso,  merece al final de su vida.  Yo sin embargo, me resisto y desde estas páginas de "Guadiato", el periódico de tu pueblo, al que  tú tanto querías, deseo seguir homenajeándote aunque sea de manera póstuma, ya que en vida no tuve el valor, quizás por miedo de no estar a la altura de las circunstancias, frente a la  integridad y dignidad, que  en todo momento, demostraste durante estos últimos meses tan delicados para tu salud.

     Lo cierto es, que cuando el pasado domingo día 22, vi  varias "llamadas perdidas" de nuestro común amigo Manolo Paredes (un  hermano para ti), supuse la mala-nueva y aunque no por esperada ha sido menos sentida, quiero que sepas donde quiera que te encuentres, que tu recuerdo siempre irá con todos nosotros y por mi parte digo algo más. Algún día, confío que nos volvamos a encontrar, para retomar aquellos años entrañables de nuestra niñez, adolescencia y juventud, cuando compartíamos de la manera mas leal, sincera y feliz, acontecimientos que hoy son intranscendentes, pero que  entonces eran de una importancia vital, para quienes los vivíamos, con una  ilusión plena y natural, poniendo el corazón en cualquier acción que llevábamos a cabo.

       Deseo poner de manifiesto, que a pesar de haber fallecido en una tierra distinta a la que te vio nacer, el proceder de todos aquellos que han convivido contigo y los tuyos durante las últimas décadas, nada hacía notar esta circunstancia. Pues el afecto sincero y la predisposición a dejar patente su sentir, asistiendo al funeral de manera masiva como buenos amigos y vecinos, aquellos gestos de dolor y pesar demostrados por todos, en todo momento, son inequívocos del aprecio que sentían por ti, que me costa, supiste grajearte, por tu carencia de prejuicios, por tu nobleza innata, por tu generosidad en todos los campos y por esa simpatía tan tuya, que siempre  te caracterizaba.

       No quiero poner fin a este homenaje, sin hacer un repaso de tu vida entre nosotros. 1º.- Como lo fue: con los juegos infantiles y de adolescente, en "tu" calle Tetuán, o en                                cualquier otro punto de nuestro Peñarroya; como La farola, El parque, Las escuelas, Las eras, Las peñas, El riíllo, La cantera, El río,  El peñón, etc. etc.
2º.- Como lo fue: en los años escolares, donde ya dejabas ver tu inteligencia y liderazgo, sobre todo en las asignaturas de dibujo y  redacción.
3º.- Como lo fue: en el tema de amoríos, de menor y mayor intensidad; fugaces en "El Llano" y más fuertes  en "La Carretera" y sus aledaños.
4º.- Como lo fue: trabajando en "La Giralda", donde no había otro con la gracia y el tacto que tú tenías, para recomendar a las féminas las tallas de ciertas prendas; de igual manera que para vender vestidos, complementos y artículos, de todo tipo.

       Hasta que te aposentas en la noble tierra aragonesa, que te acoge hasta el fin de tus días, donde formas una familia ideal y demuestras una vez más, como gerente de una cadena de tiendas de electrodomésticos, tu condición de autentico NUMERO UNO.