Lourdes Paredes Cuellas

Opinión -

Años atrás hablaba sobre el desengaño de internet y todo lo que ello conlleva, muchos pensaban que tan sólo en el internet abierto a todos estaban seguros, y se alejaban de aquello que planteaba la deep web, o el internet oculto. A día de hoy nadie está a salvo de que sus datos o cuentas de seguridad estén realmente a salvo.

Cuando firmábamos un contrato o una hipoteca, dejamos atrás muchos detalles por no leer tediosas letras pequeñas, que no hacían otra cosa que complicar aquello que firmábamos, y lo más preocupante era que aceptabas ciertos términos que el agente no te explicaba u omitía, a recordar las malditas preferentes.

A pesar de ello, lo seguimos haciendo y ya no en contratos, sino en app que aparentemente son gratuitas, pero todo tiene un precio, y son tus datos los que están en juego. Facebook, fue uno de los pioneros y por ello tuvo que encontrarse en los tribunales, pero hay infinidad de famosos aplicaciones que hacen las delicias de todos, pero sobre todo de gobiernos y empresas.

La última bajo la lupa, es aquella que te envejece a partir de unos pocos algoritmos, pero esos algoritmos no hacen otra cosa que arrancar tu privacidad, ceder tus datos y sobre todo tu comportamiento. Ahora es Rusia, la que está detrás de todo ello, una sociedad controlada, es una sociedad manipulable y sobre todo un elemento económico para algunos.

El problema de lo gratuito, es la cesión de algo más importante que tus fotos, sino tu propia identidad y vida, detalle a estudiar, porque mañana puedes encontrarte en perfiles falsos y antes problemas más que jurídicos.

Por tanto, queda decir, que esta vida la mayoría de las veces los gratuito sale caro, y más si cuando lo que está en juego lo que eres y lo que vales.