Lourdes Paredes Cuellas

Peñarroya-Pueblonuevo - Opinión -

Se percibe en el estado de ánimo colectivo; en las charlas de cafelito; en los escaparates de los establecimientos, y en la cara de esfuerzo que gran parte de la sociedad tiene que poner para no morir en el esfuerzo de llegar a fin de mes.  Se nota en el día a día de una sociedad que tiene que hacer cuentas, y de qué manera, para cubrir las necesidades básicas, y para  aprender a priorizar los gastos ante la huída imparable de los beneficios. Todos se quejan. Unos, porque no les llega; otros; porque no le compran; algunos, porque no se acostumbran a pasar de la abundancia al control, mientras que tienen que rumiar pan duro de tiempos pasados.

   Sea como sea, NOSOTROS avanzamos a buen ritmo entre el paro que sube, medidas que no se plantean y carteras llenas de fotos, y vacías de billetes... Y la Navidad, a la vuelta de la esquina. Una época en la que a todos, quien más quien menos, se nos va la mano un poco en el control de los gastos. Las familias de aquí afrontamos unas navidades que han de medirse de manera austera para no agrandar la preocupación por el dinero; los comerciantes han de tirar de imaginación para no perder más de lo previsto, y, entre todos, alumbrar lo máximo a las fiestas navideñas más pesimistas, en lo que a lo económico se refiere, que se recuerdan. El ciudadano es consciente de ello. Sí, ellos lo saben, y tendrán que economizar en regalos, viandas y reuniones para que la Navidad no haga que la cuesta de enero se alargue a febrero, marzo, abril... Quizá por ello, nuestro Ayuntamiento ha decidido que ahorremos luz  y al distrito de Peñarroya siempe le toca la pedrea, bastantes días al año las calles se quedan sin luz y ahora por navidad nos encasquillan las luces de feria.

   Que caraza tienen estas gentes.