Opinión -

En la mañana del día 3 de enero una tremenda  noticia corrió por nuestra ciudad, una noticia que cuando me telefonearon me dejó helado, lo recordaré como uno de los días más tristes de mi vida, había muerto  mi amigo Alfonso Rodríguez Sierra, yo no me lo podía creer, era imposible, quería pasar página, eso no era real, pero nada.........Se había ido para el cielo con tan solo 44 años.

  Alfonso era un buen tio, currante al máximo, amigo como pocos de los que él consideraba sus amigos, y además una persona abierta, cordial y eso si, buen entendedor de fútbol y sobre todo de su F.C. Barcelona, puedo decir orgullosísimo que era amigo mio, de los pocos que pueden contarse con los dedos de una mano, hemos vivido muchos avatares juntos, desde cuando jugábamos al fútbol en el equipo de nuestro distrito “El Peñón” pasando por seguir haciéndolo en el equipo de nuestra ciudad, luego estuvimos unos años de directivos en ese mismo club,  además de las marchas (que han sido algunas) que nos hemos pegado juntos, y no se me olvida que en estas  cuatro paredes dónde vivo tú fuistes amigo Alfonso quien las edificó, tú fuistes el constructor y que mejor recuerdo de ti que éste, el de saber que mi casa es la tuya.

Hemos pasado juntos bastantes días  de tu corta vida, pero ya no tiene remedio, y a mi amigo Alfonso no lo veré más, se lo  ha llevado Dios cuando más falta le hacía a su mujer  (Fernanda  y a sus hijos Daniel y Alfonso) ahora cuando Dani y Alfonso comenzaban a despuntar en el mundo del fútbol y cuando  veían a su padre como se volcaba con ellos, por llevarlos a los entrenos y partidos durante la semana.
Hacia una semana que no te veía porque estoy con la dichosa gripe, pero lo peor de todo es que ya no podré verte más, aunque eras un tio siempre alegre y con un semblante espectacular. Con eso, con eso me quiero yo quedar de ti,  con el el recuerdo de saber que tú y yo siempre nos hemos llevado superbien.
   Has pasado por esta vida dejando infinidad de amigos, bien por tu trabajo que desde muy pequeño has estado al pie del cañón, bien por que a todo te enganchabas lo mismo estabas en un perol, que en una cacería, como viendo un buen partido de fútbol .

   Alfonso cuando leas este pequeño redactado allá dónde estés, ten presente que me está costando mucho trabajo  redactarlo, mis lágrimas fáciles asaltan mis mejillas, y bien sabe Dios que me sale del fondo de mi alma, yo jamás pensé que nos ibas a dejar en la flor de la vida, quiero agradecerte nuestra amistad, porque tu siempre sabias quién era quién, y cuando un amigo y gran persona nos deja para siempre esa huella será imborrable por menos y más tiempo que vivamos los demás. Amigo  solo decirte que siempre estarás en mi corazón, que tengo muchos  y muy buenos recuerdos de nuestra amistad. Gracias por todo Alfonso y...
Descansa en paz amigo.