Carlos Ramirez

Opinión -

No hay favor que por el amor al arte se haga, y más si tiene un objetivo el que lo hace, al fin y al cabo hay una serie de intereses ocultos, ya que eso del haz el bien y no mires a quien, es para aquellas personas que actúan de buena fe o cuando se es humilde. Tras las elecciones que hemos vivido hace un mes, S.M Felipe VI, tiene el deber de presentar los candidatos a la investidura, pero con una coyuntura bastante oscura, un candidato que gano las elecciones pero sin apoyo, y otro con apoyos pero que atentan con los preceptos constitucionales.

Los socialistas no se esconden y están aceptando las exigencias o condiciones, como quieran llamarlo; todo ello para recibir el apoyo de independentistas y el brazo político de lo que fue ETA, es en esencia una carta de los Reyes Magos. La más hiriente al país, es la amnistía, ya que establece un peligroso precedente; ya que atentar contra el país y los principios Constitucionales, tiene el precio de un sillón y cuatro años más en el Gobierno de nuestro país.

Las exigencias cada vez más, serán más estrictas, ya que es más difícil poder defender lo que este Gobierno de coalición está llevando a cabo. Otro detalle a destacar es el uso de las lenguas cooficiales del país en el hemiciclo, es que lo que dice un gallego debe ser entendido por un catalán, que comenta algo a un vasco y mientras tenemos una lengua oficial común que es el castellano, que conocemos todos. Es un autentico disparate este tipo de acciones cuando lo primordial y que necesita este país es la reducción de los gastos superfluos que sanarían la economía tan dañada en los últimos años.

Las concesiones se irán sucediendo más cercano a la fecha de la investidura que,  si no se cumplen las expectativas, se va a recrudecer el panorama político y dará lugar unas elecciones que al paso que vamos tendremos unas elecciones con polvorones de por medio. España necesita exigencias, pero del pueblo a sus políticos, para dejar de andar jugando con nuestros votos por el precio de un sillón.