Sí decides dar el paso, ¡cuenta conmigo!, no tengas nada que temer, sí quieres aquí tienes mi tiempo, tu tiempo, algo de imagen atemporal, bañado en ocre, te prometo ser tu cicerone en esta encerrona, como la que causó a Julia, emperatriz del Imperio Romano, cuando en plenas llamas, su archienemigo Cómodo, quiso raptar a todas las mujeres, cuando el Templo La Paz de Roma estaba en llamas, desde la fundación de Roma en el año 950, no había otra emperadora más deseada y codiciada que la Siria Julia. Ya hemos cometido muchas tropelías a lo largo de la historia y el perfume a incienso, huele a lo lejos, donde habitan iletrados e iletradas, que son los auténticos héroes y heroínas que son los únicos y únicas salvapatrias. La vida suele ser a veces cruel, tan cruel algunas veces, que te arrebata lo que más quiere y aprecia. No más noches desechables, no más ira concebida tras una larga enfermedad crónica, no más tú, más que yo. La vida es un regalo, todos estamos dispuestos a abrir y a agasajar al quién que nos quiera regalar una sonrisa, la vida es una quimera, un primer protagonista donde se expone un relato y una buena puesta en escena, donde tú eres el director y ganar un Goya al mejor guion y dirección. Todos tenemos un plan perfecto para perpetrar nuestro más sincronizado robo del siglo, dicho robo consta, de robar nuestra intimidad, con ataques con bombas de racimos, donde la aguja hila fino, y los musgos y las algas salen de unas aguas altamente contaminada.

El dumping se instauró al lado a casa, donde el intrusismo laboral, devora la debilidad del ser humano, donde solo nos queda asomarnos al abismo. Muchos intentamos ser fieles a los escritos, pero la demanda por intimidar, al contrario, puede más que las doctrinas medicinales de los estoicos. Siempre nos quedará un lugar para refugiarnos de este frío polar que asola nuestras perezas de salir a las calles, porque las calles están que hielan y a veces ese frío quema y nos reseca nuestros rostros, llevándonos a unos extremos insólitos e inauditos. La furia está contenida y el duelo es fratricida, en el juego de la vida, todas las reglas están establecidas. Los golpes bajos que nos da dicho juego, nos sacan fuera del tablero, del sistema donde permanecen los poderosos, aquellos que rigen las reglas del juego, todo lo demás es humo, es polvo en el lodo, son fantasías de una noche de verano, pero con la misma lumbre, que nos ilumina en la oscuridad: El deseo de llegar y tocar el Edén, de ser seres desnudos ante las adversidades, de ser meramente inconformistas con lo que tenemos y llegamos a desear, ese es el camino del ser humano a lo largo de los siglos que lleva en píe, la humanización. Nos caracterizamos y caricaturizamos con el bien ajeno, con los designios del placer, de lo cómodo, de lo puesto, y nos olvidamos de una cosa muy importante que deberíamos de aplicarnos nosotros mismos: De sonreír. De sonreírnos de uno mismo, de reírse de todas las absurdeces que nos quebraja a nuestra mente, de ser más humano, de sonreírle a la vida y a toda aquel o aquella que nos miran con firmeza, porque la vida es un ratico, es un frondoso viaje, donde nos acompañamos a nosotros mismos a deambular por distintas calles, donde hacemos nuestra historia personal, escribimos los mejores relatos, y filmamos nuestra ópera prima.

Sin lugar a dudas, esto de vivir sin palabras, de crear nuestras imágenes, de llenarlos cada instante de recuerdos y guardarlos en nuestras memorias, hacen que vivamos, dicho sea de paso, en román paladino: En ruinas. En ruinas y sin recursos, sin esa gasolina que hace que funcione nuestro vehículo, ese vehículo con un motor de grandes cilindradas, con esos algoritmos donde cada instante de nuestra vida queda en stock, para poder aprovechar al día siguiente, el inmenso regalo que nos da la vida. Y ese regalo es la amistad y el amor que nos profesamos con los demás seres que nos acompañan en este planeta, un planeta donde nos irritamos y nos avergonzamos de ser quiénes somos, de donde somos y adonde vamos. Quiero ser marioneta en tu piel, y florecer en Abril, para darte agua en Mayo y pedirte la mano en Junio y salir junto al mar en Julio, y vestirte de blanco en Agosto y ser tu vertiente en Septiembre, reservarte en Octubre, ser tu abrigo en Noviembre, y desvestirte en Diciembre, para ser tu sombra en Enero y cobijarte en Febrero, y jurarte amor eterno por finales de Marzo. Esos son mis principios y finales, algo desordenados los meses, pero ordenado en manera de ver y vivir mis acontecimientos.

Por lo que sí pasamos todos en la vida, es por etapas o ciclos, donde la flecha puede ir ascendiendo o descendiendo. Donde por más que nos lamentemos, tenemos esa adrenalina en nuestro cuerpo, que nos da la suficiente confianza para seguir adelante en nuestros retos o sueños. Una persona sin ilusión en esta vida, es un árbol sin hojas, ni frutos. Y todo eso depende de ti de regar cada día tu mente y tu alma, y salir a flote de todos tus males y pesadillas. Todo lo contrario que te digan, es meterte miedo, querer que no vivas como tú eres, con pleno derecho de vivir tu vida como te apetezca, con quién quieras y como quieras.

Nadie es dueño de nadie, como tampoco nadie está en posesión de la verdad, por que la verdad, como la mentira, no existen, existen la veracidad y la certeza, de que tu eres el que haces tu vida con una melodía salvaje, adiestrada por tus instintos y sobretodo por una cosa que tu quizás no te hayas dado cuenta todavía: por la AUTENTICIDAD. La autenticidad de ser único y ese mayor tesoro lo tienes entre las manos, y sólo debes de usarlo cada día y exportarlo a los demás. ¿A que no lo sabías?, pues ¡Explotalo tu autenticidad!

Postdata: “NO me callarán mi voz, ni con mares de sangre”. Máximo Gorki.