Pasa por mi corta, pero alargada vida de acontecimientos políticos la falta en la actualidad de referentes políticos, aquellos y aquellas que te tratan a la sociedad de tú a tú, aquel que pisa las calles para saber de primera mano qué necesita el ciudadano, qué le falta al pueblo o a la ciudad y qué necesita el país para relanzarse y ser un país de una potencia puntera a nivel europeo e internacional. Echo en falta discursos constructivos a nivel nacional como aquellos que transmitían personas como el aragonés José Antonio Labordeta, con su partido regional nacionalista de Aragón “Chunta Aragonesista”, este cantautor, escritor, político y profesor, pasó a la historia por mandar a la mierda a la bancada del Partido Popular en el Congreso de los Diputados cuando formulaba preguntas al entonces ministro asturiano Francisco Álvarez Cascos. Pero voy a otro gran referente y donde se centra este artículo dedicado como mi homenaje póstumo a un gran referente y donde todos los políticos actuales se deben de mirar.

Un político de raza, un político a la sombra de la opulencia y antagonista de recaudar una caudalosa riqueza, ese fue ni más ni menos la obra que nos dejó como herencia en vida “El Califa Rojo”, Julio Anguita González. Nacido en Fuengirola (Málaga) un 21 de noviembre de 1941, fue un maestro y político, a lo largo de su dilatada carrera, se licenció en Historia en la Universidad de Barcelona, en 1972 se afilió al clandestino por aquellos entonces Partido Comunista de España y en 1977 accedió al Comité Central en Andalucía. Se trasladó a Córdoba a dar clases en centros escolares tras estar en Montilla, Alicún de Ortega (Granada) y Nueva Carteya. Se presentó a la alcaldía de Córdoba por el PCE en 1980, cargo que obtuvo arrasando con 27 concejales lo nunca visto antes y nunca en Córdoba, cargo en el que se mantuvo hasta 1986 y en el que fiel a sí mismo destacó su gobernanza en el gobierno local por su austera y eficaz gestión. En 1988 resultó elegido Secretario General del PCE y Coordinador General de Izquierda Unida, en sustitución de Gerardo Iglesias. Julio intentó mantener diferencias con su homólogo del Partido Socialista y por aquellos tiempos, presidente del gobierno español, Felipe González. Diputado a Cortes desde 1989, fue reelegido Coordinador General de Izquierda Unida en 1992 y 1997. En 1991 y 1995 asimismo también salió Coordinador General.

Un 5 de diciembre de 1998, contando un servidor con trece años y cursando Primero de la ESO, contemplo por televisión la noticia del primer infarto a Julio Anguita durante la sesión inaugural del XV Congreso del PCE, abandonó el cargo de Secretario General del partido y fue sucedido por Francisco Frutos. Un año posterior, un nuevo problema cardíaco le jugó una mala pasada y fue el motivo ya primordial para ceder a su compañero a presentarse a las Elecciones Generales del 2000 y abandonar la primera línea política, en una asamblea extraordinaria del partido y después de las elecciones en ese mismo año se nombró a un nuevo Coordinador de Izquierda Unida, el médico asturiano Gaspar Llamazares. En septiembre del 2000, volvió al colegio del barrio de Levante de Córdoba a dar clases Julio Anguita. Opuesto a la guerra de Iraq, en el año 2003 la vida le dio un gran revés, un tremendo palo, la muerte de su hijo Julio Anguita Parrado, como periodista de guerra para el diario “El Mundo”, creó una gran conmoción en España, como la muerte del cámara del canal de televisión “Telecinco”, José Couso. Ya en sus últimos años de vida dio clases en la Universidad de Córdoba de Filosofía y Letras. También cabe destacar junto a Pablo Iglesias (fundador junto a Juan Carlos Monedero del partido Podemos) fue su padrino y juntos fueron artífice de esa marea de la sociedad indignada y cabreada por los recortes sociales y de bienestar del gobierno del popular Mariano Rajoy, emergiendo en la puerta del Sol el Movimiento del 15M, o mejor dicho del Movimiento de Ciudadano Cero. Julio Anguita fue un hombre honesto, que sentía como suyo a la clase obrera, que admiraba la pobreza como una virtud y sobretodo no miraba el origen y la procedencia de ninguno de los que se encontraban a su alrededor. Vivió en su domicilio de siempre en la Judería, una casa sin grandes alardes ni tampoco lujos.

Esos dos infartos de forma repetitiva acabó con su vida un 16 de Mayo de 2020 en plena pandemia, pero toda Córdoba completa le rindió homenaje y le brindaron todos los honores. Y llegado a la conclusión de su libro “Rebelión”, dijo una gran verdad a todos los ciudadanos y ciudadanas de Molina del Segura (Murcia) durante su intervención en su discurso y les dijo lo siguiente: “¿Sabéis como se lucha?... “Diciendo la Verdad”. Y la verdad es única y universal, junto al pensamiento crítico que instauró en sus ensayos el alemán Immanuel Kant, siempre ha buscado la utopía Julio Anguita, no confundir con la distopía que es lo que buscan estos abanderados del patriarcado y de la desigualdad que es lo que busca Vox y que asiente el Partido Popular. Y dentro de este caos actual que nos encontramos, siempre hay una fuente de oasis y ese oasis lo podéis encontrar en todas las obras literarias de Julio Anguita y en sus discursos que se pueden obtener de los canales de internet como Youtube. Y como persona en contra de la moneda del Euro y de la entrada en la Comunidad Europea, en la que siempre se opuso, siempre llevó por bandera la idea de una España Federal, donde cada Comunidades o Regiones tengan sus propias leyes y reglas como pasa en Estado Unidos, pero sin perder de vista al órgano principal: El Estado. Esto de la España Federal ya la pusieron en práctica en la primera república y la quisieron implantar de nuevo en la segunda república… será puesta en práctica en una tercera república. ¡Ya veremos! De eso ya lo hablaba en sus discursos el comandante Comunista y Anárquico, Julio Anguita.

Posdata: “Con la dignidad no se come, pero un pueblo sin dignidad se pone de rodillas y termina sin comer” (Julio Anguita).