Alba Morillo Moruno

Azuaga - CARTAS DEL LECTOR -

Siempre he creído que la magia de la vida hace no se encaje con cualquiera porque cada persona es una de las piezas de ese puzle con dos opciones sin retorno. O saltan chispas con sólo mirarse o por más que se quieran unir nunca llegan a encajar. Y es justo ahí, cuando entiendes que, volver al mismo puerto cada día es forzar algo que está destinado a ser un recuerdo.

En muchas otras ocasiones, surge esa conexión que no se puede explicar con palabras pero que, de alguna forma, siempre está. Esa chispa indestructible que se mantiene a pesar de la lluvia. O esa central eléctrica que se enciende tras la oscuridad.

Y de repente, todo comienza a encajar. Te sueltas del manillar y coges velocidad a pesar de que sabes que en cualquier momento todo puede terminar. Pero, te da igual porque sabes que esa huella recíproca nunca se borrará.

Hoy puedo asegurarte de que, si están destinados a encajar, aunque dos extraños navegasen por sueños totalmente opuestos al final, se acabarán encontrando en alguno de sus pensamientos. Y tal vez, la magia haga de las suyas.