Lourdes Paredes Cuellas

Azuaga - Actualidad -

La cadena humana se deshizo. La gente aplaudiendo. La puerta del contenedor cerrada. El motor del camión en marcha. Lo habíamos conseguido.
   Llevábamos prácticamente un año recogiendo enseres para el Perú: ropa, comida, zapatos, libros, ordenadores… y un sinfín de cosas que a muchos nos sobran, pero que a otros puede llegarles a dar la vida. Resultaba increíble la solidaridad de la gente, que sólo necesitaba de un empujoncito para dar todo lo que podía, e incluso compraba para dar…en algún supermercado todavía se preguntan a dónde fueron a parar las latas de atún de kilo.

   Como pasa en estas cosas, a los que habitualmente se nos ha visto ha sido a los miembros de Ayúdame a Ayudar, pidiendo, alentando, insistiendo, pidiendo más… Pero nunca nos faltó apoyo. Desde la persona que recogía las cosas en el Santo Ángel (que prácticamente era merecedora de un sueldo nada más que por eso), pasando por los colaboradores y colaboradoras que nos ayudaron a preparar las cajas, sacos y materiales (hay algunas maestras por ahí un tanto explotadas), y terminando en todos los que vinieron a cargar el camión y a trasladar cosas de un sitio a otro (a algunos/as hubo que convidarlos a unos dulces a media mañana para recuperar algo de fuerzas…otros las recuperaron con una cervecita). Y todo ello sin olvidar a los más importantes: los que donaron sus enseres particulares, los que "desvalijaron" los supermercados, los que colaboraron en las campañas de recogida, los que buscaron posibles donaciones… Y no estamos hablando exclusivamente del pueblo de Azuaga, porque prácticamente toda la comarca se volcó con nosotros, y hasta el mismo día de antes tuvimos que empaquetar nuevos enseres.

   Fueron varios meses dando las gracias, y no nos cansábamos de hacerlo, y no nos cansaremos… Y la mayor satisfacción la tendremos cuando todas las cosas lleguen a su destino, al Perú, y cuando nuestro amigo Joseli nos trasmita la alegría de toda aquella gente, y la suya propia.

   El día 29 de diciembre, sábado, a la una menos cuarto del mediodía, desde la calle Divino Morales de Azuaga, salió el contenedor hacia Talavera la Real, donde terminó de llenarse, y desde allí, su destino inmediato, Lisboa, donde le esperaba un bonito viaje en barco hacia América del Sur. Una vez allí, por carreteras, pistas y caminos, hasta Sorochuco…Perú.