Siempre he buscado en la vida un estímulo o una razón para motivarme y salir adelante de los problemas o vaivenes de mí día a día. He tratado de ser feliz ante la adversidad, pero en este artículo me quiero centrar en las emociones que tenemos ya de por sí, o nos las anteponemos en el pasar de los días. Desde que nacemos provocamos emociones, tanto en el parto con nuestra madre y después cuando nos ve nuestro padre y al rato pasan a vernos nuestros familiares y amigos de nuestros padres. Esa es la más bonita emoción que provocamos a nuestro entorno: La de la FELICIDAD.

Cuando crecemos buceamos hasta encontrar nuestra emoción en una pelota de fútbol o de una muñeca, en caso si eres niño o niña. En mis recuerdos quedan tardes de partidillos de fútbol en el parque, o en el colegio de mi infancia, con mis amigos y tardes de merendillas rápidas para seguir dándole patadas a un balón. Buscaba la emoción: De la AMISTAD.

En plena adolescencia nos pica el gusanillo con el primer beso a una muchacha, a entablar una relación sentimental, sin miedo al qué dirán y sin esconderse de nadie ni nada, en definitiva, buscamos la emoción: Del AMOR.

A la edad de adulto nuestros pensamientos van en busca de estudiar una carrera universitaria o de aprender un oficio y así buscarnos o labrarnos un futuro laboral, que pongan los cimientos de formar una familia o una independencia económica que nos hagan separarnos y volar del nido del núcleo de nuestros padres. Buscamos la emoción: De la CONSIDERACIÓN.

Y cuándo creemos que lo hemos buscado todo y nos hemos emocionado con todas las cosas que nos ha pasado llegamos a una cierta edad en lo que buscamos es estabilidad, no ya en lo laboral, personal o sentimental, sino también en lo emocional, por eso nos imponemos en buscar nuevas emociones. Unas personas se reinventan, otras surgen de sus cenizas y otras lo que hacen es ponerse como objetivo añadir una emoción cada día que sea diferente y que no sea igual al del día anterior. Y esas emociones no se encuentran ni en ningún libro de autoayuda, ni en ningún video de Youtube dándote consejos prácticos para buscar emocionarte. Esas emociones las provocan unas pequeñas partículas que desprenden los seres humanos (endorfinas) y que nos hacen emocionarnos tanto interiormente o exteriormente. Por eso son las emociones autodidácticas, aquellas emociones que solos los seres humanos somos capaces de imponernos y salir a flote ante una emoción de dolor o de tristeza. Simplemente buscamos la emoción de la alegría, cuya emoción me provocan personas como vosotros y vosotras.

Postdata: “Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás…”. (Daniel Goleman).