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MUSEO ETNOGRÁFICO DE AZUAGA

PIEZA DEL MES: Incensario

Los incensarios, también conocidos como turíbulo, el turífero, el pebetero, o el botafumeiro, son recipientes utilizados para el sahumerio de materias aromáticas como el incienso,​ de uso ceremonial en determinadas celebraciones religiosas o eventos similares. El origen de los incensarios se remonta a las antiguas civilizaciones del Cercano Oriente y del Mediterráneo, donde eran usados principalmente en contextos religiosos y ceremoniales. Estos objetos, diseñados para quemar resinas aromáticas, representaban una conexión entre el mundo terrenal y lo divino, el humo simbolizaba la ascensión de oraciones y ofrendas hacia los dioses. Los egipcios usaban incensarios de metal o piedra en templos, ceremonias funerarias y rituales de purificación. Creían que el incienso, al elevarse, ayudaba a conectar con los dioses y a proteger a los muertos en el más allá.

En Mesopotamia y Persia también se utilizaban incensarios. Estos eran barro o cerámica, evolucionando luego al metal, incluyendo el bronce. El incienso se ofrecía como una forma de honor a las deidades, y los incensarios se convertían en objetos decorados, frecuentemente con símbolos religiosos. Los griegos y romanos adoptaron y modificaron el uso del incienso y los incensarios. En Grecia, los incensarios (conocidos como «thuríbulos») se utilizaban en templos y hogares. Los romanos, a su vez, popularizaron los incensarios de bronce, utilizándolos en ceremonias religiosas, en templos y también como un símbolo de estatus en los banquetes. El incensario de bronce o latón, conocido en la liturgia cristiana como «turíbulo», comenzó a usarse en iglesias para bendecir el altar, al clero y a los fieles, y sigue siendo fundamental en ceremonias religiosas hasta hoy.

En el mundo islámico medieval, el incienso se asociaba con la purificación, tanto en el hogar como en la mezquita. Los incensarios de bronce en el arte islámico frecuentemente se diseñaban con detalles geométricos y caligrafía. Eran un símbolo de hospitalidad y pureza, y se utilizaban en ocasiones especiales y visitas de honor. Los incensarios de bronce no solo representan la evolución del arte metalúrgico en distintas culturas, sino también un testimonio de la diversidad de prácticas espirituales y simbólicas que utilizaban el incienso y su humo como medio de conexión espiritual y purificación. Su valor y significado han perdurado, manteniendo su relevancia en ceremonias y rituales hasta la actualidad. Nuestra pieza del mes es un pebetero de bronce con forma de copa tapa perforada y asa.

MUESTRA ETNOGRÁFICA ‘Esencias y aromas’

Exposición en la que se recogen diferentes objetos presentes en la recolección de ingredientes naturales, en la destilería, así como los recipientes utilizados para la comercialización de las esencias a lo largo de diferentes épocas. Esta muestra puede visitarse a lo largo del mes de octubre en el horario habitual del Museo: viernes y sábado de 10.30-14.00 h. / 17.30-20.00 h. Domingo: 11.00-14.00 h.

RUTA PARA FAMILIAS. ‘Aprendiendo de nuestras tradiciones: Haciendo gamones’

Esta ruta familiar se organiza con la finalidad de recuperar una de las tradiciones más emblemática de nuestra localidad, la elaboración de gamones (‘jachas o hachas’) para quemar en las Candelas de Navidad.

Las tradicionales Candelas de Nochebuena se desarrollan en la tarde noche del 24 de diciembre con multitud de hogueras que iluminan las calles y a cuyo alrededor se dan cita los vecinos al son de panderetas, zambombas, villancicos y productos de la tierra. Son los más pequeños quienes prenden las «hachas de gamones».

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