Más noticias

― Publicidad ―

INSIDE PC
InicioActualidadUNICEF: “Necesitamos un alto el fuego para poner fin a la matanza...

UNICEF: “Necesitamos un alto el fuego para poner fin a la matanza y mutilación de niños y niñas y permitir la entrega urgente de la ayuda, y la liberación incondicional de los rehenes”

Comparecencia de Ted Chaiban, director ejecutivo adjunto de UNICEF, tras viajar a Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania

“Sé que todos estamos preocupados por la situación en la que se encuentran Líbano e Israel, y el secretario general de la ONU ha instado a todas las partes implicadas a que actúen con la máxima moderación para evitar cualquier nueva escalada. Cualquier nueva escalada sería terrible en términos de consecuencias para los niños y las niñas

Hoy concluyo una visita a Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania, donde he tenido la oportunidad de estar con niños y niñas de diferentes comunidades que se han visto afectados por esta terrible guerra. El 7 de octubre fue un día horrible, y desde entonces todos los días lo han sido también para los niños y las niñas en esta cuarta gran escalada en 10 años, resultado de un conflicto sin resolver y de una historia de ocupación.

A principios de semana, cuando me reunía con niños, niñas y familias de Israel que habían sufrido horrores el 7 de octubre, me pidieron que fuera la voz de toda la infancia y transmitiera su sufrimiento. UNICEF colaborará con los ministerios competentes para garantizar el apoyo a los niños y las niñas israelíes.

En mis reuniones con las autoridades israelíes, pedí un mayor acceso para los suministros humanitarios y comerciales, especialmente alimentos frescos y suministros de nutrición; protección para los niños y niñas; la mejora de las medidas de seguridad y los procedimientos operativos estándar para el personal humanitario, y facilitar el movimiento de las niñas y niños separados y no acompañados.

En mi reunión con las autoridades palestinas, pedí que se diera prioridad a la inversión en servicios sociales, especialmente en educación, garantizando que los niños y niñas vayan a la escuela. Corremos el riesgo de perder una generación, ya que los estudiantes no sólo de Gaza, sino también de Cisjordania, han perdido meses de aprendizaje.

También en Gaza continúan los ataques devastadores contra escuelas, hospitales y asentamientos de desplazados internos. Según el Ministerio de Sanidad palestino, más de 14.000 niños y niñas han perdido la vida, y los hospitales, ya desbordados, están cediendo ante la presión.

Fui al hospital de Kamal Adwan, en el norte de la Franja de Gaza. Es la única unidad pediátrica que queda en la zona. Visité la unidad de cuidados intensivos pediátricos y vi a un bebé diminuto, Sham, de pocos meses de edad, que había sido gravemente alcanzado por la metralla. Su madre era la única superviviente del ataque que la alcanzó. Ella fue un impactante recordatorio de los miles y miles de niños y niñas que han muerto y resultado heridos en la Franja de Gaza en los últimos 11 meses.

También conocí a Farah, de 7 meses, que sufre desnutrición aguda grave e infección respiratoria, así como s muchos niños que padecen leucemia u otros tipos de enfermedades oncológicas que requieren su evacuación médica. Si no los evacuamos rápidamente, no lo conseguirán. Haremos todo lo posible con nuestros colegas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para sacar a estos niños y niñas para que reciban tratamiento.

Entre mi última visita, en enero, y hoy, la magnitud de la destrucción y del sufrimiento de los niños y las niñas ha aumentado considerablemente. El número total de personas desplazadas ha pasado de 1,7 a 1,9 millones. Las denominadas zonas seguras a las que la gente se veía obligada a desplazarse han recibido órdenes de evacuación y han sido bombardeadas, lo que confirma que, en realidad, no hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza.

Desde mi última visita, se han acumulado toneladas de residuos sólidos sin tratar. Hablé con niños y niñas que escarbaban en enormes montones de basura. Me dijeron que buscaban trozos de papel o cartones para encender fuego y cocinar sus comidas con sus familias. Visité la escuela de Geraar Al Qudua, convertida en refugio.Allí, en medio del patio de la escuela, la gente cavó un alcantarillado improvisado a cielo abierto para evacuar las aguas residuales. Allí viven literalmente personas, niñas, niños. Con las temperaturas actuales, son caldo de cultivo terrible para la aparición y propagación de enfermedades.

En el sur y en la zona central de la franja de Gaza he visto alimentos en los mercados: están disponibles, pero a precios desorbitados. Y en el norte de la franja de Gaza no hay variedad, hay muy poca fruta y demasiada comida enlatada.

La última vez que estuve en Gaza, en enero, cada día entraba una media de 99 o 100 camiones humanitarios. En agosto, entraban de media 50 camiones humanitarios al día y en septiembre apenas 15, debido a la preocupación por la ley y el orden, las limitaciones en la llamada carretera de la valla y los escasos puntos de entrada.

Muchos de nuestros suministros por valor de 12 millones de dólares (10,7 millones de euros) están pendientes de entrar en Jordania. Las autoridades israelíes han aprobado la entrada de estos suministros, pero nos preocupa mucho la ausencia de ley y orden y el riesgo de saqueos.

El tráfico comercial es clave para el bienestar de las niñas y niños palestinos y sus familias. En el sur de la Franja vemos frutas y verduras y más variedad de alimentos en gran parte gracias al tráfico comercial. Necesitamos que el sector privado pueda traer jabón y champú y otros artículos de higiene, y que el tráfico comercial también pueda entrar en el norte, donde aún residen unas 400.000 personas.

Ir al norte de la Franja de Gaza fue relevador. No sólo porque vi con mis propios ojos el enorme nivel de destrucción y sufrimiento, sino también porque vi cómo tiene que actuar nuestro equipo cuando se dirige al norte. Salimos de nuestra casa de huéspedes a las 10 de la mañana, a las 10:30 estábamos en el primer paso para acceder al puesto de control. Después tardamos cinco horas en pasar el puesto de control. Un puesto de control que pasamos sólo cinco horas después. Esto nos dejó sólo unas horas limitadas para hacer nuestro trabajo sobre el terreno.

En medio de todo esto, se pueden hacer cosas. La primera ronda de la campaña contra la polio que acaba de terminar, con más de 560.000 niños y niñas menores de 10 años vacunados, ha demostrado al mundo que si todos nos alineamos es posible llevar ayuda crítica a los niños de Gaza, incluso al norte.Las madres palestinas son las heroínas de esta historia, haciendo cola para llevar a sus hijos a vacunar a pesar de 11 meses horribles.Necesitamos garantías más sólidas de que esto puede ocurrir de forma regular para atender las necesidades urgentes de los niños y niñas, como la vacunación contra el sarampión, la distribución de jabón y otras necesidades de higiene, etc. La forma en que funcionan actualmente los mecanismos de coordinación no permite que nuestros programas funcionen con eficacia, y es necesario reforzarlos.

La situación en Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, es un polvorín… y ha alcanzado nuevas cotas de intensidad. Varias operaciones militarizadas han dejado las ciudades gravemente afectadas, con numerosas viviendas dañadas o destruidas. El aumento de la violencia y las restricciones a la circulación desde octubre de 2023 han creado nuevas barreras de aprendizaje. Desde el 7 de octubre han muerto 166 niñas y niños palestinos y dos niños israelíes. Los niños tienen miedo en casa y miedo de ir a la escuela.

Esto es insostenible y es necesario que haya desescalada y contención.

Así que, a la luz de lo anterior, ¿qué necesitamos?

Necesitamos un alto el fuego, como hemos indicado sistemáticamente, para poner fin a la matanza y mutilación de niños y niñas y permitir la entrega urgente de la ayuda vital que se necesita desesperadamente y la liberación incondicional de los rehenes, especialmente los dos niños de la familia Bibas.

A falta de un alto el fuego, necesitamos el tipo de pausas que permitieron el éxito de la campaña contra la polio, pero necesitamos un alto el fuego. Necesitamos más seguridad para nuestro personal y nuestras operaciones. Para conseguirlo, necesitamos un contacto más directo con el Mando Sur, necesitamos haber acordado procedimientos operativos estándar en los puntos de control y necesitamos poder introducir en Gaza más equipos de telecomunicaciones, incluida la capacidad de Internet.

En cuanto a la desnutrición, estoy muy preocupado por la disminución de camiones humanitarios que estamos presenciando. La Franja estuvo al borde de la hambruna no hace mucho y la situación podría revertirse muy rápidamente. Necesitamos más puntos de entrada dentro de Gaza, y deben tomarse todas las medidas necesarias para restablecer la ley y el orden y mejorar la seguridad de todos, para permitirnos distribuir suministros vitales a los niños que los necesitan.

Teniendo en cuenta la terrible situación en materia de higiene y saneamiento, necesitamos poder llevar jabón y champú a gran escala, especialmente en camiones comerciales.

Y, para terminar, necesitamos más evacuaciones médicas para los niños y niñas -sus tutores- cuyas vidas sólo pueden salvarse con un tratamiento médico en el extranjero. Y necesitamos más suministros médicos y consumibles médicos como antibióticos para las enfermedades de la piel, equipos para las unidades neonatales, jeringuillas y vendas para las salas de cirugía, etc.

La continua destrucción de Gaza y la escalada de violencia en Cisjordania no traerán la paz ni la seguridad a la región. Eso sólo puede lograrse con una solución política negociada, que dé prioridad a los derechos y al bienestar de esta generación y de las futuras generaciones de niños israelíes y palestinos”.

Peñarroya-Pueblonuevo