Este mismo miércoles, 31 de Julio de 2024, es el último día de trabajo en su establecimiento de alimentación de toda la vida, ubicada en la Plaza Blas Infante del distrito de Peñarroya. Domingo Jurado Cerrato (Peñarroya-Pueblonuevo, 1959), con una dilatada carrera profesional de más de cincuenta años prestando un servicio a toda una población del distrito de Peñarroya, pero que es extensible a todo el resto de municipios, como así a localidades y aldeas cercanas, que de lunes a domingo, durante todos los días del año, visitan su comercio para comprar los artículos que vende a diario, este peñarriblense, que se ha ganado el corazón de todos sus clientes, y vecinos y vecinas de Peñarroya-Pueblonuevo.
Este oficio, le viene a Domingo Jurado, desde pequeño y de tradición. Primero con sus padres Juan y Rosa, que en la calle Córdoba, cuyos padres regentaban un comercio tradicional de ultramarinos. Los hermanos de Domingo, siguieron la misma estela de sus padres y del propio Domingo, ya que él era el primogénito de los cuatro hermanos. Es decir, tanto José, Juan y Rosi, emprendieron cada uno sus negocios, con suerte dispar, algunos de ellos, pero todos, los cuatro hermanos han sido y son buenos trabajadores. Los padres, como los hermanos de Domingo, han visto como emprendía y despuntaba, ya el propio Domingo, destilando como le caracteriza, su gran humanidad y atención a sus fieles clientes. En estos que lo llamamos anglosajonamente “Dumping” (Guerra de Precios, a ver quién lo vende más barato, aunque perdamos dinero, vendiéndolo más asequible, pero lo primordial es cargarse a la competencia, lo suelen hacer las grandes superficies), en el libre comercio de las grandes superficies y supermercados, “Autoservicio Jurado”, se ha mantenido y reinventado miles de veces, pero sin perder su esencia, ni su estilo de tienda tradicional, como así su charcutería de siempre, y más ya en el último tramo de su vida profesional, lo amplió a las pinturas y a las especies para las matanzas.
Siempre al lado del cliente y transmitiéndole toda la confianza y lo mejor de sus productos y la mayor calidad. Como buen cristiano, Domingo ha llevado a cabo los diez mandamientos de Moisés, pero sobre todo el cuarto y el séptimo mandamiento, lo ha cumplido a rajatabla; como es el de “Honrarás a tu padre y a tu madre” y el de “No robarás”. Alejandro Magno, emperador del Imperio Persa, donde bebe de sus ideales Domingo, y como origen en Persia, del comercio y de los negocios. Pienso que lo deberían a llevar a estudiar la vida de Domingo, como así su trayectoria inmaculada profesional, en las mejores universidades del mundo. Porque no sólo los negocios se tratan de ganar dinero y crear las mayores fortunas, sino también de enriquecerse en valores; como vivir dignamente, el fomentar el trabajo y el trato y el respeto por los demás. Todos esos valores lo atesoran Domingo Jurado, que hoy mismo, cierra una etapa de más de cincuenta años ofertando y vendiendo productos y cosas que ningún otro comerciante puede decir. Ha estado ofertando y vendiendo en estos más de cincuenta años a sus clientes su alma, y esa alma, lo recoge a partir de mañana, día 1 de Agosto, su sucesor en el negocio, Oliver, que viene de Villanueva del Rey, de un negocio similar, donde ha estado más de veinte años. Y, que con su juventud y su buen hacer, seguro que le irá igual de fenomenal, como a Domingo. Como rey de la sábana, se va a un retiro dorado, donde se ha ganado a pulso el cariño y el respeto, no solo de sus clientes.
De igual modo, ha obtenido también, la afectuosidad de sus vecinos y vecinas. Y como manda los cánones y dejándonos un poco huérfanos a su distrito y al municipio, pasará al Olimpo de los Dioses, cuyo Dios Ponos, el Dios Griego del trabajo duro y del esfuerzo, le guardará seguro, un sitio privilegiado a Domingo Jurado Cerrato, que junto a su esposa Isabel, que le ha acompañado a lo largo de su vida y ayudado en el comercio, también irá con ellos, sus dos hijos, María del Ara y Samuel, que en su conjunto, han formado una familia querida y admirada en Peñarroya-Pueblonuevo. ¡TA LÉME SÝNTOMA!
