Estamos muy felices al haber realizado nuestra primera excursión a la playa. Todo empezó como una idea fugaz e imposible, pero con el paso de los días fue tomando forma y el equipo multidisciplinar se puso manos a la obra, eso sí, con muchas dudas y miedos ya que no se había realizado nunca en nuestro centro.
El sitio elegido ha sido la Misericordia, en tierras malagueñas, que cuenta con servicio de baño asistido y material para facilitar el acceso al agua.
Algunos de nuestros usuarios disfrutaron del mar con un agradable baño, ver a los de movilidad reducida en él fue todo un logro para nosotros. Hubo otros que a pesar de no bañarse, lo pasaron también muy bien, porque además hacía años que no iban a la playa y se relajaron a la orilla del mar. ¡Sus caras de felicidad lo decían todo!
Después del chapuzón tocaba comernos unos típicos espetos malagueños y una paella. ¡Qué rico nos supo! Y para rematar, nos comimos un rico helado brindando con unos chupitos.
Lo pasamos fenomenal, y se nos pasó el tiempo volando. Antes de darnos cuenta, ya estábamos de nuevo montados en el bus de regreso a Peñarroya-Pueblonuevo, pero con la satisfacción de haber disfrutado de un día buenísimo.
Ya pensamos en volver. “Para todo mal, el mar. Para todo bien, también”.