Publicado el 21 de Diciembre de 2021, Martes Manuel Ángel Romero
Opinión -
Son varios los síndromes que se pueden manifestar en el entorno
laboral que pueden dar al traste con la dinámica y afectar al rendimiento de
los equipos de trabajo, desde el síndrome del impostor hasta el de burnout,
pasando por Procusto o el de Peter, ya comentamos en nuestra Web. Sin embargo,
queremos reflexionar sobre un síndrome que afecta de manera directa a los
equipos de trabajo, como es el SÍNDROME DE HAMLET.
“Las personas que sufren el
Síndrome de Hamlet tienen dificultad para tomar decisiones”
Desdeempleorecursos.esqueremos
reflexionar sobre un síndrome laboral que afecta a aquellas/os profesionales
que tienen que por lo general se encuentran gestionado equipos y deben tomar
decisiones, ya que las personas que sufren el SÍNDROME DE HAMLET, al igual que en la
obra Shakespeare, son personas que viven en una
continua duda, lo que les dificulta a la hora de tomar decisiones importantes,
y sobre todo, ágiles.
“Estas personas realizan
análisis exhaustivos antes de tomar una decisión”
Esto es, estas personas, a modo general, poseen una elevada
capacidad de análisis previo de las situaciones que se les presentan pero no
son capaces de tomar una decisión acorde al mismo en el tiempo requerido, lo
que repercute si es algo crítico, en agravar los problemas. Estas personas,
eternizan la respuesta a cuestiones debido a análisis exhaustivos y extensos
que dilatan sobre manera, las decisiones sobre las acciones a desarrollar.
El motivo de demorar las decisiones y realizar excesivos análisis
no es otro que el miedo a decidir, por lo que demandan continua información
sobre la situación, lo que repercute en las “vueltas” que les dan a todas la
cuestiones, por el temor a las consecuencias que pueda tener si se equivocan.
“Estas personas eternizan los
problemas y generan malestar en el equipo de trabajo”
Como se puede deducir, contar con una persona que sufre el SÍNDROME DE HAMLETen
la empresa conlleva un malestar general de las personas que dependan de ella
por pérdidas de oportunidades y tiempo, mensajes continuos de duda sobre
cualquier tema, demora a la hora de actuar, etc., lo que provoca desidia y en
muchos casos cambio de trabajo si es nuestra/o superior quién actúa como Hamlet
(las personas no abandonan la empresa, sino a su malas/os jefas/es).
¿Cómo podemos saber si estamos expuestas/os a una persona con SÍNDROME DE HAMLET?
Son varias las conductas que nos pueden ayudar a descífralo, como por ejemplo:
· La persona no lidera, lo que favorece que el equipo se disemine y
cada miembro actúe como crea conveniente, no le siguen.
· Actúa siempre de forma reactiva, no prevé las situaciones, no se
anticipa.
· Igual que Hamlet, estas personas no se fían de nadie, por lo que
en ocasiones, suelen “castigar” a las y los buenos colaboradores por miedo a
que le hagan sombra.
· Es una persona experta de los “pros” y “contras” de cada situación
que se presenta. Demora la respuesta por análisis constantes, aburre a todas y
todos los colaboradores.
· No tienen prisa, las reuniones se eternizan ya que cada aspecto se
analiza y vuelve analizar con excesivo detalle.
· Fácilmente influenciables, carecen de seguridad en sí mismas/os,
por ello desconfían de todas las personas que les rodean.
En resumen, a la larga, estas personas son apartadas de los
puestos de responsabilidad, ya que a pesar de contar con las competencias
adecuadas para el estudio de situaciones conflictivas, carecen de la habilidad
de toma de decisiones, propiciadas por su baja autoestima.
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