José Alonso Ballester

Peñarroya-Pueblonuevo - Entrevistas -

Federico Roca de Torres, representante de este Bufete de Abogados de Córdoba, presta ya su asesoramiento jurídico aquí en Peñarroya-Pueblonuevo

Federico Roca de Torres, cordobés, lleva 39 años ejerciendo la profesión de abogado. Cursó sus estudios reglados en el Instituto Séneca de la capital cordobesa, para posteriormente pasar a Granada donde hace la carrera de Derecho, en la Promoción 1970-1975. Aprueba las oposiciones como Letrado Asesor de la Cámara de la Propiedad Urbana, donde ejerce durante 18 años llevando la asesoría jurídica y hasta la desaparición de este organismo. De ahí pasa a ser asesor jurídico de la Delegación de Obras Públicas de la junta de Andalucía, en Córdoba, hasta el año 2004, que es cuando comienza a ejercer como abogado en su propio bufete. Desde el pasado mes de octubre, presta sus servicios como abogado en las oficinas que su compañera y amiga Susana Triviño tiene en la calle de La Luna, de Peñarroya-Pueblonuevo, donde atiende por las tardes y previa petición de cita. Aprovechando esta circunstancia, le hemos realizado la siguiente entrevista para Guadiato Información:

- Guadiato Información: ¿Te decantas por la abogacía, por vocación o tradición familiar?.

- Federico Roca: Lo hago por tradición familiar, pero también por vocación. Yo tenía dos aficiones, una era estudiar periodismo, porque me gusta mucho escribir mis artículos y mis cosas y la otra, estudiar abogado, porque me gusta y además yo soy abogado las 24 horas. Abogado viene de la palabra latina “Advocat”, que significa “Hablar en nombre de otro”, comenzando históricamente la abogacía en Roma y donde ya había muchas mujeres que ejercían como abogadas. Cuando yo empecé a ejercer había 2 o 3 mujeres abogadas, muy buenas por cierto, pero después la mujer ha irrumpido muy fuerte en la abogacía, al igual que lo ha hecho en la judicatura y en la fiscalía. Quizá la mujer es más intuitiva y se equivoca menos que el hombre, yo tengo muy buena relación con mis compañeras y además aprendo de ellas, porque son muy buenas profesionales. El abogado es 24 horas, el que termina a las 8 y cierra el despacho no es abogado, ese es un funcionario y ya está. Pero el abogado es el que se despierta a las 3 de la mañana y te levantas a ver un plazo, un escrito que has presentado o vas a presentar y tienes dudas, cuando terminas un juicio hay que preguntarse si he hecho todo lo que estaba en mi mano para defender los intereses del cliente, si lo he hecho he cumplido y si no lo he hecho, pregúntate qué hice mal. A veces los juicios no se ganan ni se pierden en el juzgado, sino antes, en el trabajo previo que se hace. Decía mi maestro, Rafael Zamora, que yo recuerdo siempre, esta frase: “Mientras el cliente duerme, el abogado vela su sueño…”. Porque el cliente te entrega su vida, te entrega sus conflictos, a veces tan importantes como matrimoniales, asuntos económicos, etc., es decir, te entrega lo más preciado de sí y tú tienes que ser completamente vigilante de esos intereses.

- G. I.: En 39 años ejerciendo como abogado habrás visto de todo. ¿Tienes en la mente alguna anécdota como la más positiva, o por el contrario, alguna que es negativa?.

- F. R.: Negativa la verdad que no recuerdo ninguna, porque mi relación con la clientela, con los compañeros y con el juzgado, ha sido una relación sin conflictos, gracias a Dios. Anécdotas sí puede haber algunas que sean simpáticas, pero siempre pongo como ejemplo una que me sucedió hace varios años y que me llenó de orgullo. Cuando fui abogado de la Cámara Urbana, yo llevaba muchos desahucios y entre ellos por falta de pago en locales comerciales, entonces un día que estaba con mi suegro en un bar tomando unas tapas cuando fui a pagar me habían invitado, señalándome el camarero a una persona que me saludaba muy cariñosamente desde el otro lado de la barra. Pues resulta que era un señor al que yo había desalojado de un local comercial esa semana, pero él reconoció que yo había hecho todo lo posible y había intermediado en múltiples ocasiones, entre el dueño del local y él, para que no se produjera ese desahucio.

- G. I.: Federico, asistimos en nuestro país a muchos macro juicios: “Caso Noos”, “Caso Gurtel”, ”Eres de Andalucía”, etc. ¿Cómo ves a la actual Justicia en España?.

- F. R.: Yo la veo bien, creo que tenemos muy buenos magistrados, hombres y mujeres con un gran nivel, agobiados aún de tanto papel que a veces resulta innecesario y los procedimientos se alargan. Desde mi punto de vista, hay una regulación demasiado extensiva y con demasiados trámites de la ejecución de sentencia, pero además es que al final cuando ganas un procedimiento y tienes que llevar a cabo la sentencia, te encuentras en un pleito todavía más angosto que el que ya has tenido y eso al denunciable le agota, porque el condenado o deudor es insolvente. Lo que sí veo es que nuestro país está demasiado judicializado, por los medios de comunicación, los contertulios en las televisiones y en las radios, etc. Porque la política, la justicia y los medios de comunicación, están muy judicializados y eso no es bueno. Es cierto que ha habido corrupción, ahí están los procedimientos y lógicamente hay que intervenir para llevar a cabo las medidas y las sanciones que correspondan, administrativas, penales o lo que sea. No es bueno que un país esté tan judicializado, creo que es negativo y da una imagen alejada de la realidad, porque después la gente no vive esa realidad, ya que los que somos ciudadanos de a pie tenemos otra muy distinta. Yo soy mediador, civil y mercantil, pero la Ley de Mediación está muy mal hecha y por eso echo de menos, aunque sé que sería un cambio muy profundo, la importancia que antes tenían los Jueces de Paz. Donde había una justicia doméstica, que resolvía los conflictos sin tanto papel y sin tener que acudir a los Partidos Judiciales.

-G. I.: Agradecemos a Federico Roca de Torres su deferencia hacia este periódico, por concedernos la entrevista. Y me gustaría terminarla, pidiéndote que informes a toda la ciudadanía de Peñarroya-Pueblonuevo, que ya prestas tus servicios jurídicos aquí.

- F. R.: Me siento muy orgulloso de montar un despacho en esta zona, junto a Susana Triviño, somos los dos colaboradores, además en una zona donde cuando yo empecé a ejercer tuve mis primeros juicios. Creo que en Peñarroya-Pueblonuevo su gente es sana, noble, por lo tanto lo que yo pueda aportarles de mi saber y entender pues me gustaría gozar de la confianza del cliente. Tengo mi despacho en Córdoba y ahora abrimos este despacho aquí, con la máxima ilusión de que podamos prestar el mejor asesoramiento jurídico a esta ciudad a la que le tengo un especial afecto, donde tengo amigos y de la que creo que tiene un gran protagonismo dentro de esta zona. Y desde mi punto de vista, si esta ciudad tuviera un espíritu más asociacionista lo tendría mucho mejor, pues yo soy un amante de la unión y de dejar las individualidades a un lado, porque un tejido empresarial fuerte en cualquier localidad es indestructible.