Lourdes Paredes Cuellas

Curiosidades -

Hace casi tres meses que me embarqué en la que espero que sea una de las experiencias más inolvidables de mi vida. El destino me llevó a una pequeña ciudad del suroeste de Irlanda, Tralee.

Hace tiempo que llevaba planteándome la idea, pero había algo que me impedía dar el paso definitivo. Muchos de estos motivos eran entre otros el poco conocimiento de inglés, sin el cual veía muy difícil el poder llegar a encontrar un trabajo.

Con este panorama, no eran muchas las opciones hasta que me hablaron de algo que es muy común en este tipo de países. Ser Au Pair no es la ilusión de mi vida, pero sí la oportunidad de llegar a conseguir un buen nivel de inglés, aunque para ello tengas que ayudar a cuidar los niños/as de una familia, viviendo con ellos, lo que te proporciona alojamiento, comida y una pequeña “paga” semanal, que permite no despilfarrar una gran cantidad de dinero

¡Ahora SÍ! Tocaba encontrar una familia

Me registré en una famosa página de internet y en una semana contacté con una familia, fue todo muy rápido y casi no tuve tiempo de asimilarlo. Al mes me planté en Tralee, bueno en realidad es una pequeña villa a unos 15 km, llamada Camp. Vivo en un sitio precioso, rodeado de montañas y de mar, con unas casas impresionantes y para mí lo más destacable es la cantidad de ovejas y vacas que te puedes encontrar.

La verdad, es que mi adaptación con la familia fue buena. Los primeros días tuve la oportunidad de convivir con la anterior Au Pair de la familia, que era también española, y eso me ayudo muchísimo, ella me enseñó todo lo que era la rutina en casa. Vivo en una casa enorme con un joven matrimonio y sus tres niñas, de 6, 3 y 1 año. Mi jornada laboral es de lunes a viernes de 8,30 a 17,30 aproximadamente.

La familia me deja un coche, el cual es prácticamente mío. Al principio me daba un poco de miedo conducir por aquí, porque se conduce por el lado contrario, pero en un par de días estaba todo controlado.

Tres días a la semana voy a una academia a estudiar inglés, mi propósito es llevarme un buen nivel de inglés.

La ciudad, Tralee, es pequeña, pero tiene de todo, la verdad es que está muy bien, a mi me gusta. Lo más destacable es la arquitectura tan diferente a España en cuanto a casas e iglesias, con muy pocos edificios altos y muy coloridos. La cantidad de pubs que hay, típicos irlandeses con música en directo y que es un lugar muy  atractivo para personas de diferentes edades. Cerca de Tralee hay ciudades preciosas con unos paisajes increíbles, de playas y acantilados. Lo peor de Irlanda es el clima, es muy inestable, no hay día que no llueva, puede amanecer muy bueno y acabar lloviendo a mares….

Cuando inicié mi viaje nunca llegué a imaginar encontrarme con tantos españoles, pero mi sorpresa fue al contrario de lo que esperaba. Siempre es bueno encontrarte con españoles cuando estás lejos de casa, la verdad es que se convierten como en tu familia aunque esto repercuta negativamente para  aprender el idioma, porque al fin y al cabo acabas hablando español, pero sí para despejarte y sentirte más cerca de casa.

Haciendo balance de aún mi pequeña estancia en Irlanda, la verdad es que estoy muy contenta. La gente es  en general muy amable, tengo un buen grupo de amigos españoles y extranjeros, estoy estudiando inglés y la familia para la que trabajo me trata muy bien. Aún así, es imposible no echar de menos España, sobre todo a las personas que dejo allí, mi familia, mis amigos y mi perrita, eso es lo más duro, el separarte de todos ellos, pero bueno no me puedo quejar, hasta ahora la experiencia está siendo bastante buena y a ver hasta cuando estamos por aquí…

Un saludo enorme desde Irlanda y dar las gracias por darme la oportunidad de contar mi experiencia por estas tierras.