Ocio -

El invierno es época de resfriados, y el verano son habituales los trastornos gastrointestinales, como pueden ser, diarreas o vómitos, provocados por algún alimento que, a simple vista, parece estar en perfectas condiciones, el diagnóstico más frecuente suele ser el de toxiinfección alimentaria (TA), una enfermedad que se produce por la ingestión de comida que contiene microorganismos, pueden ser bacterias, virus u hongos, o sustancias tóxicas.

Pero, ¿Por qué es en verano cuando se da el 60% de los casos de TA? Pues porque las bacterias patógenas, que son los microorganismos que con más frecuencia producen la dolencia, encuentran el ambiente  idóneo para reproducirse entre 25 y 45º C, la temperatura que suele haber en las cocinas en los meses de calor.Por suerte se destruyen con cocciones en las que se alcanzan temepraturas superiores a 70º C . Sin embargo de lo que se trata es de prevenir e impedir  que la comida se contamine y se multipliquen los agentes patógenos, para ello debes tomar las precauciones necesarias cuando manipules los alimentos y también ser cautelosa en el momento de hacer la compra.

Desde que el alimento entra por la puerta de tu casa hasta que lo consumes, es responsabilidad tuya evitar el riesgo de intoxicación, (a no ser que ya estuviera en mal estado), para ello a la hora de cocinar y conservar el producto, sigue estos consejos: cuanto más fresco, mejor, y lo primero que entre en tu nevera es lo primero que debe salir, así evitarás acumular comida con caducidad, el frigorífico no debe estar muy lleno, para que el frío circule bien. La temperatura es clave para una buena conservación, por eso con el calor hay que poner el termostato de la nevera entre los 0 y los 5º C, (así se detiene la multiplicación de la  mayoría de microorganismos). Y no dejes los platos elaborados fuera.