Este domingo 23 de enero tendrá lugar en Córdoba una concentración en la Plaza de las Tendillas a las 12 horas. Exigirán que se paralice el exterminio de las cotorras argentinas y de Kramer que está teniendo lugar en Madrid, así como de la gestión ética de las poblaciones de palomas en la provincia de Córdoba. La concentración se realizará simultáneamente en varias ciudades de la geografía española (Alicante, Oviedo, Barcelona, Ciudad Real, Donostia, León, Madrid, Málaga, Santiago, Sevilla y Valencia) y está organizada por MALP y EFAM con la participación de varios colectivos animalistas y antiespecistas como Empatiza Córdoba.

La cotorra argentina y de Kramer fue introducida en nuestro país de manera legal en los años 80, como animal de compañía. Debido a fugas o irresponsabilidad humana fueron liberadas al medio, adaptándose a él y proliferando. En 2011 las cotorras fueron declaradas como especie invasora. No es hasta 2013 cuando en el estado español se prohíbe la tenencia y la venta de las dos especies de cotorras, medida que ya llega tarde. En algunas ciudades españolas como Málaga, Madrid, Sevilla, Barcelona, las cotorras han proliferado tanto que se consideran una plaga. En abril de 2021 el Ayuntamiento de Madrid comenzó el exterminio de la población de cotorras a través de la empresa FCC, mediante el uso de disparos de carabina que alertaron e indignaron a los ciudadanos, así como la captura de individuos con jaula o red trampa para su posterior sacrificio.

Las cotorras, según SEO/BirdLife, tienen un impacto negativo sobre las especies autóctonas y es urgente la gestión de sus poblaciones, ya que las administraciones llevan mucho tiempo mirando a otro lado, pero abogan que el método elegido esté avalado científicamente para que sea efectivo, y esté consensuado con los colectivos implicados. Un método ineficaz supondrá una mayor pérdida de tiempo y dinero. Solicitan al Ayuntamiento de Madrid que paralice la masacre, que ha supuesto la muerte de más de 3.000 cotorras hasta la fecha, y contemple las alternativas éticas no letales y efectivas propuestas por numerosos colectivos. La gestión ética sin sacrificio está basada en el parafinado de huevos en temporada de cría, vasectomizado in situ de machos y marcaje de ambos sexos.

En cuanto a las palomas, estos pacíficos animales que conviven con nosotros en todas las ciudades y pueblos de España, son tratados con crueldad, aplicando métodos nada éticos para la gestión de sus poblaciones. Empresas privadas contratadas por los ayuntamientos o empresas municipales, capturan con red o jaula trampa en las azoteas a las palomas causándoles estrés, daños físicos o incluso la muerte de pichones en el nido al ser capturados los padres. Esta práctica se hace unas dos veces al año discretamente y en pocos minutos para que la ciudadanía no se alarme. Luego serán sacrificadas con asfixia por gas o cedidas para su uso como presa viva en centros de rehabilitación de fauna, su uso en tiro al pichón, sueltas en cotos de caza, etc. Más llamativa para los ciudadanos es la práctica del envenenamiento, como ocurrió en Córdoba en 2016, que deja ejemplares agonizando en las calles hasta su recogida por los operarios.

Los pretextos que usan las administraciones para llevar a cabo estas formas de maltrato animal y exterminio son la difamación (considerando a estas aves como transmisoras de enfermedades), las quejas vecinales por ruido y excrementos, y su concentración excesiva en ciertos lugares. En el caso de las palomas otros modos de gestión ética son posibles tales como la instalación de palomares ecológicos donde se les administra pienso anticonceptivo y se sustituyen los huevos por otros de plástico en época de cría. Solicitan al Ayuntamiento de Córdoba una gestión ética y transparente de las poblaciones de palomas.