Publicado el 26 de Enero de 2009, Lunes
Psicología - Probablemente nadie entienda mejor la lealtad que aquel a quien le han traicionado alguna vez porque todos esperamos la lealtad de los demás.
A nadie le gusta ser traicionado o saber que un amigo (no un conocido, ése no interesa) habló mal de nosotros. Por supuesto, que nos parece terrible cuando, tras muchos años de trabajar en una empresa, somos despedidos sin pensar en todos los años que le dedicamos.
Detectar la lealtad (o deslealtad) en los demás es fácil, pero realmente ¿qué es la lealtad? es un corresponder, una obligación que se tiene al haber obtenido algo provechoso; es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. Por eso, el concepto de la lealtad se da en temas como el trabajo, la familia o la amistad.
Cuando algo o alguien nos ha dado algo bueno, le debemos mucho más que agradecimiento. La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo.
Debemos ser leales con aquello que nos ha ayudado: un amigo que nos defendió, una empresa que nos da trabajo... La lealtad es defender a quien nos ayuda, "dar la cara".
Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial o trabajar en un sitio simplemente porque nos pagan. Sin embargo, la lealtad implica un compromiso que va más allá, es el estar con un amigo en las buenas y en las malas, es el trabajar no sólo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso más profundo con la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma.
La lealtad es una llave que nos permite tener auténtico éxito cuando nos relacionamos; es un valor que no es fácil de encontrar y se relaciona estrechamente con otras virtudes como la amistad, el respeto, la responsabilidad y la honestidad, entre otras. Actitudes desleales pueden ser:
- Las críticas que se hacen de las personas, haciendo hincapié en sus defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo. - Divulgar las confidencias que se nos han hecho. - Quejarnos del modo de ser de alguien y no ayudarlo para que se supere. - Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca trascendencia, como el modo de hablar, vestir o comportarse en público.
No basta contradecir las actitudes desleales para ser leal, es necesario considerar algunos puntos:
- En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas, como la confianza y el respeto que debe de haber entre padres e hijos o entre los amigos. - Se deben buscar y conocer las virtudes permanentes para cualquier situación, de otra forma, se es “leal” mientras se comparten las mismas ideas. - La lealtad no es una consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado del discernimiento para elegir lo que es correcto. - Lo importante es vivir las virtudes por lo que representan, no por las personas que en algún momento dictan una norma.
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