Fuente Obejuna - Sociedad -

Antonia Obrero Fernández celebra el centenario en la aldea de Cuenca

Todos los días reza dos rosarios antes de levantarse, "uno a las ánimas benditas y otro, por mi nieto, dando gracias porque estuvo enfermo y se ha curado", hace manualidades en crochet y vainica y es consciente de que "toda mi familia me quiere, y yo también los quiero mucho".

No se equivoca Antonia Obrero Fernández y así se lo demostraron ayer cuando le organizaron un homenaje en el salón de usos múltiples del núcleo de población mellariense de Cuenca, donde celebró su centenario.

Nacida el 27 de diciembre de 1912, para Antonia Obrero lo más difícil fue la Guerra Civil y recuerda que "me casé cuatro o cinco meses antes de que comenzara, con 23 años. Como no nos pasó nada, mi madre nos vistió con el hábito de El Salvador". Lo más positivo, "tener unos padres muy buenos, Graciano y Amparo, así como mis siete hermanos, mis siete hijos y toda la familia, ¿qué más puedo pedir?".

Familia que aumentó con sus 27 nietos y 32 biznietos y por eso, no es de extrañar que fueran 275 los asistentes a un emotivo acto en el que, además de escuchar las bellas palabras dedicadas a la protagonista, ella misma narró las facetas más importantes de su vida, en un montaje audiovisual.

Toda Cuenca, pero también personas desplazadas desde Granja de Torrehermosa, en Badajoz, Peñarroya, Belmez, La Coronada, Los Pánchez, Navalcuervo y Fuente Obejuna felicitaron a Antonia Obrero, que recibió numerosos obsequios, varios ramos de flores y el escudo de la Villa, impuesto por la alcaldesa, Isabel Cabezas.

Mujer trabajadora, religiosa, amante de su familia y rica en valores afirma que "lo que está pasando ahora, se veía venir. No se cómo no ha pasado antes con la vida que hemos llevado, hemos tirado mucho. Nosotros no teníamos y aún así, guardábamos para mañana".