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Una de las mejores opciones culinarias en primabera-verano, por su sabor y contribución a una alimentación saludable, es incluir los espárragos en nuestra dieta y en nuestra alimentación., de ellos dice un dicho popular: los de abri para mí, los de mayo para el amo y los de junio para ninguno. Especialmente los brotes y los tallos tiernos, llamados turiones de la Asparagus officianillis, (de la familia de las liliáceas), la planta esparraguera más conocida de las 240 especies existentes y que es la única comestible cultivada en España. Y por supuesto, las especies silvestres que crecen espontáneamente en numerosas regiones y se conocen como espárragos trigueros, negros o amargos por encontrarse en eriales abandonados y, a menudo, protegidos por olivos centenarios, desde el punto de vista del consumo podemos hablar de dos tipos de espárragos; el verde pequeño y delgado que crece a la luz del sol y el blanco, más grande, grueso que, a diferencia del anterior, crece bajo tierra, por lo que al no darle el sol carece de clorofila, pigmento responsable del color verde de los vegetales. En cuanto a sus propiedades, su forma silvestre el espárrago se consumía en Grecia y Roma antiguas, como diurético, para aumentar el flujo de orina, para limpiar los riñones y para evitar los cálculos  renales, pero en Asia donde aún conservan su condición de vegetal medicinal y como tal está presente en sistemas médicos tan antiguos como el Ayurveda, el Siddha y el Unami, tenidos aún hoy en cuenta por el Sistema Nacional de Salud  hindú. Hoy se sabe que los espárragos son ricos en agua orgánica, fibra y proteínas y no contiene azúcares ni grasas lo que lo convierte en alimento idóneo para adelgazar, además contiene vitaminas A, C y E, así como cantidades