José Alonso Ballester

Peñarroya-Pueblonuevo - Sociedad -

En una ceremonia civil, oficiada por la Concejala de IU Mª Victoria Horrillo Fernández, los novios se dieron el “Consentimiento” ante familiares y amigos

El viernes 5 de Agosto el Director de este periódico que es Guadiato Información, así como también un conocido jugador del Peñarroya-Pueblonuevo C.F., Sebastián Bustamante Marín, contraía matrimonio con su novia de toda la vida, Zaira Pérez Fernández. En una ceremonia sencilla pero llena de nervios al principio para los dos contrayentes, Sebi y Zaira disfrutaron de este momento que ya seguramente quedará grabado para siempre, en sus corazones y en su recuerdo. Eran recibidos a la entrada del Salón de Plenos del Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo por unas bonitas palabras, pronunciadas por la Concejal del Grupo Municipal de Izquierda Unida, Mª Victoria Horrillo Fernández, que fue quien ofició esta ceremonia de casamiento civil. “Acercaos, novios, así como el racimo de uvas abraza a los árboles, así os plegaréis en un abrazo…”, son palabras que forman parte de un escrito de Catulo, un poeta romano del Siglo I a. de C., escrito para la celebración de bodas de dos amigos suyos.

Una vez sentados los novios y sus dos testigos, Mariví Horrillo anunció a todos los presentes que nos encontrábamos allí para unir en matrimonio a estos dos jóvenes paisanos nuestros, que llevan prácticamente toda la vida de novios, ya que desde que eran casi unos niños decidieron estar juntos. Recordó también la Concejala a los familiares de Sebi y de Zaira que ya no están, pero que en algún momento de sus vidas fueron una parte muy importante de ellas, felicitándolos también por la decisión que habían tomado de unirse en matrimonio: “En este instante, comparto con vosotros la ilusión de fortalecer, aún más, ese lazo de amor que os une por este matrimonio…”, fueron las palabras de la hoy oficiante de este matrimonio civil. Posteriormente fueron leídos el acta y los correspondientes artículos del Código Civil, concretamente los comprendidos entre el artículo 66 al 68, donde ambos contrayentes están facultados y obligados una vez contraigan matrimonio. El artículo 66, donde dice que el marido y la mujer son iguales en derechos y deberes, el 67, que obliga a que marido y mujer deben respetarse y ayudarse mutuamente, así como actuar en interés de la familia y por último el artículo 68, que especifica que los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente.

Tras la invitación a los presentes, por si querían dirigir unas palabras o decir algo a los contrayentes, Mariví Horrillo daba lectura a unos versos de Ibn Hazm, un poeta cordobés que vivió entre los Siglos X y XI, recogidos en su libro “El collar de la paloma”, fechado en la ciudad de Játiva en el año 1022 y que en una de sus partes trata de las señales del amor. Y así se llegaba al momento importante de este casamiento civil, cuando los novios son preguntados por la oficiante si consienten en contraer matrimonio con la otra persona, se intercambian las alianzas, prometieron amarse y cuidarse en su vida diaria a partir de ahora, y se dijeron el “Sí, quiero”. Tras la declaración oficial por parte de Mariví Horrillo, al decir: “En virtud de las atribuciones que por Ley me vienen conferidas, declaro que quedáis unidos en matrimonio. Podéis Besaos. Felicidades…”, Sebi y Zaira ya eran oficialmente marido y mujer. Con los aplausos y el cariño de todos los presentes, se ponía punto y final a esta ceremonia de casamiento civil, pero no a la celebración y a la fiesta, ya que al día siguiente el nuevo matrimonio invitaba a sus familiares y amigos más cercanos a una gran fiesta que comenzaba a la 1 del mediodía y que se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Una fiesta y una celebración donde se comió y se bebió en cantidad, no faltó de nada, se disfrutó, quien quiso se bañó en la piscina para mitigar las altas temperaturas de ese día y que tuvo también su parte protocolaria y emotiva del corte de la tarta nupcial, que Sebi y Zaira hicieron muy bien y de la que todos los presentes dimos cuenta posteriormente.

Este banquete nupcial, en un entorno incomparable como son los alrededores del Peñón de Peñarroya, nuestro mirador natural, ponía punto y final a este importante día para Sebi y Zaira. Todas las personas que hacemos posible Guadiato Información, también este redactor que suscribe a título personal, queremos desearles la mayor de las felicidades en esta nueva etapa de sus vidas que acaban de comenzar. Y como se suele decir en estos casos, que ¡Vivan los Novios!.