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La melatonina es la secreción de la epífisis o glándula pineal, la glándula central del equilibrio hormonal e inmunitario situada en la parte más central del cerebro. Esta hormona se produce a partir del aminoácido triptófano. Es recogida por los capilares y distribuida por el líquido cefalorraquídeo y el sistema venoso. La luz inhibe su secreción, mientras que la oscuridad la estimula. Es posible que las personas con insomnio o pesadillas segreguen menos melatonina.

Y es que la melatonina rige el estado de vigilia y sueño, el pulso vital que marca el ritmo circadiano, entendido no solo como el hecho de estar despierto o dormido, sino como los otros cambios que sufre el organismo, hormonales, de respiración, de atención, en el ciclo día y noche. Por vía oral, la melatonina no tiene toxicidad conocida en tratamientos a medio plazo, se ha recomendado frente al jet-lag, el insomnio, alteraciones del ritmo circadiano y la deshabituación al tabaco.

La melatonina, de efecto relajante rápido, ligero y transitorio, produce somnolencia. Y se se empieza a tomar por la mañana y luego se efectúa un viaje transoceánico puede prolongar el ritmo circadiano para adaptarlo al nuevo horario. Sobre el sistema nervioso ejerce una acción compleja, y por ello se ha indicado en el tratamiento complementario del Alzheimer y el autismo. Se considera un estimulante sexual, ya que mejora la líbido. Estimula asimismo el sistema inmunitario aumentando la respuesta defensiva del organismo.

Tambien la podemos encontar en ciertos alimentos como la cereza, el maíz o el plátano pero en dosis mínimas sin utilidad terapeútica. Como suplemento por vía oral, se absorbe en un 15% y su efecto máximo se produce a los 30-60 minutos. Luego se reduce rápidamente. Más información en: www.cosmetica-amapola.com