Fuente Obejuna - Actualidad -

Caminan asustados, tristes y helados por las calles de la pequeña aldea de Navalcuervo que huele a jara, a romero que arde en las candelas en las que se calienta la castañera, el frutero, verdulero o aquellas mujeres que sobreviven vendiendo el queso y las gachas que elaboran. Son María y José. O Sergio y Lorena. Buscan posada a lomos de un borriquito. Unos pastores le anuncian la llegada de su hijo y tres magos observan una estrella que les lleva hasta el palacio de Herodes donde, tras asistir a un espectáculo de danza, le informarán del nacimiento de otra majestad. En la plaza de Navalcuervo, donde se muestran todos los oficios, las aguadoras y molineras bailan. Todos adoran a Jesús, que se llama Mario García Figueroba, tiene 4 meses y es hijo de Sergio y de Lorena. Más de un centenar de personas de todas las edades, alguna con 80 años, participaron ayer en esta representación en la que Navalcuervo se transforma en Belén y en la que cada uno de sus rincones, esconde un detalle. También animales como los caballos de la Peña Hípica Virgen de Gracia, ovejas o gallinas. Acabaron más de dos meses del duro trabajo de su Asociación de Vecinos, que cada vez cuenta con más colaboraciones, como la de las AA.VV de Ojuelos Altos y de Los Pánchez, el Ayuntamiento, Diputación o mancomunidad. El fin de fiestas lo puso Fran Sensaciones, los numerosos asistentes se repusieron del frío con el chocolate, los pestiños y los dulces caseros que realizaron los miembros de la Asociación de Vecinos.