Belmez - Actualidad -

Las jornadas se desarrollaron a lo largo de toda la tarde del jueves,  alargándose el debate hasta casi las nueve de la tarde-noche.
Gustaron mucho las dos conferencias, y las conferenciantes. Probablemente nos quedamos con ganas de saber más acerca de la nueva Ley de Igualdad desde el punto de vista de una jurista como Ana Mª López Castro. Sin embargo, la primera conferencia nos sorprendió mucho, muchísimo, demasiado, incluso llegamos a alarmarnos un poco al descubrir como nuestra lengua y nuestra forma de hablar y expresarnos puede llevar a ser tremendamente machista.
El debate fue curioso, bonito, amable y enriquecedor. Es de agradecer, cómo un asistente decía, que alguien se brinde y se "desnude" ante un salón lleno de gente contando su vida profesional y parte de su vida privada. Nos hizo ver de una forma bastante explícita lo mucho que nos queda para alcanzar una igualdad plena de derechos y deberes entre hombres y mujeres tanto en el hábito profesional como privado.
Nos quedamos  con la frase que he utilizado como título y que la pronunciaba en su intervención Mª Carmen Moreno Soriano, Ingeniera Técnica de Minas y profesora de la Escuela Politécnica:
 "Igualdad no es colaborar ni ayudar, es compartir"