José Alonso Ballester

Actualidad -

Fallecía en la tarde del Sábado 4 de Abril la persona que más le he conocido el amor a su profesión en la hostelería. Hoy no despido a un paisano, hoy despido a mi amigo Pepe

Iba terminando el Sábado 4 de Abril, otro día más confinado en mi casa a raíz de la pandemia mundial por el “Coronavirus”, cuando me informaban de una de las noticias más tristes de mi vida como era el fallecimiento de José Sánchez Rubio, conocido por todos como Pepe, y que para mí significaba que se me iba un buen amigo. Dedicó prácticamente su vida entera a hacer lo que más le gustaba, trabajar en la hostelería, somos varias las personas en Peñarroya-Pueblonuevo que intentamos aprender de Pepe e incluso, como es mi caso, que tuvimos la suerte de trabajar con él y para él; mi amigo al que ahora despido, fue la primera persona que me ofreció mi primer trabajo detrás de la barra de un bar y en mi pueblo. Muchas personas en esta Comarca del Valle del Guadiato, tienen que recordar a nuestro buen amigo Pepe trabajando con su bandeja en las Ferias y Fiestas de muchos pueblos y aldeas, era lo que más le gustaba, coger una bandeja y salir a atender las mesas. Siempre le buscaba el lado positivo a cualquier problema que pudiera surgir tanto en el trabajo como en su vida personal, le daba ánimos a quien lo necesitara aun cuando él igual lo estaba pasando peor que esa otra persona, porque Pepe llevaba en la sangre la esperanza de que todo se podía solucionar.

Incluso en sus últimos días de esa larga enfermedad que al final se lo ha llevado y nos lo ha quitado a todas las personas que lo queríamos y que lo apreciábamos, por mucho que estuviera sufriendo él siempre te respondía con algo positivo y quitándole importancia a la grave enfermedad que estaba padeciendo: “Estoy bien, voy tirando poquito a poco…”, esto te decía cuando se le preguntaba cómo se encontraba ese día o en ese momento. José Sánchez Rubio, nuestro Pepe, regentó varios negocios en Peñarroya-Pueblonuevo pero siempre, como ya hemos dicho, relacionados con el mundo de los Bares y de la Restauración. Y en todos ellos se ganó el respeto y el aprecio de sus clientes, hablaba con cualquiera y de lo que hiciera falta para darles buenos consejos y a veces también “discutía” de broma contigo si eras aficionado a otro equipo de fútbol que no fuera su Real Betis Balompié, otra de las cosas que más ha amado en su injustamente interrumpida vida como son los colores blanquiverdes.

Te marchaste para siempre amigo Pepe, dejando una profunda tristeza en tu mujer y en tus hijos pero también en quienes de verdad te hemos querido y apreciado, aunque no nos viéramos todos los días. Siempre he dicho y diré que para mí Pepe y su mujer Conchi son 2 personas que nunca dejaré de llevar en mi corazón, porque fuisteis las primeras personas que me disteis la oportunidad de poder trabajar y encima en mi pueblo. Luego la vida nos desvió, a vosotros por un lado y a mí por otro, pero no por eso os olvidé ni dejé de sentir lo que siento por los dos porque no fuisteis solamente mis jefes en aquellos años, fuisteis y seréis mis amigos para toda la vida. Y por eso si algo me duele más de todo esto es no haber podido ir a despedirte mi amigo Pepe, de haber ido a dar un abrazo muy grande a tu mujer y a tus hijos para decirles lo grande que fuiste como marido y como padre, pero también para la calle un gran amigo, que eso de  todas formas lo sabrán ellos mejor que yo por haber vivido a tu lado todo este tiempo.

Desde este periódico que es Guadiato Información, con el que también colaboraste publicitariamente en alguna ocasión y te lo agradeceremos siempre, nos sumamos a las muestras de dolor y enviamos nuestro más sentido pésame a la viuda de José Sánchez Rubio, a Conchi, así como a sus hijos y al resto de su familia y amigos. Peñarroya-Pueblonuevo y el Valle del Guadiato pierden a un gran profesional de la hostelería, pero yo despido hoy con estas letras a mi amigo. Buen viaje allá donde vas, Pepe, estoy seguro que cuando te encuentres con gente que te precedieron y que conociste en esta vida harás lo que siempre hiciste aquí, dar ánimos y esperanza ante los problemas que puedan surgir. Y a su familia, esposa e hijos, os mando un fuerte abrazo a todos y deciros cuánto he sentido no poder acompañaros en estos difíciles momentos que ha tenido que ser la despedida a vuestro esposo y padre. Un abrazo, que os daré personalmente cuando se acabe todo esto del virus y de nuevo podamos salir a la calle.