Lourdes Paredes Cuellas

Actualidad -

Hemos vivido una tragedia inmensa en toda España: miles de víctimas infectadas, miles de muertos, millones de damnificados por la crisis económica, la sociedad entera herida de una manera u otra, a consecuencia de la pandemia, aún real y acechante, de COVID-19. No debemos olvidar nunca estos hechos, de los que hemos sido testigos, y que marcarán sin duda nuestras vidas; y pueden ser el inicio de una sociedad diferente.

 Ahora entramos en la fase de inaugurar la nueva normalidad. En concreto, tanto la provincia de Badajoz como la de Córdoba se encuentran ya en la fase 3, habiendo sido, además, de las zonas menos castigadas por el virus.

En esta fase se habla ya de retomar la movilidad interprovincial, intercomunitaria…Sin duda, todos queremos tener la posibilidad de viajar libremente por toda España; y muy especialmente por provincias cercanas y que comparten muchos intereses de todo tipo (comunitarios, sociales, económicos, culturales…). Pero volver a la normalidad significa recordar la realidad que dejamos fuera de nuestras casas durante más de dos meses: al poco de empezar la fase 1 ya se registró un accidente en la N-432, cerca de Zafra. Y el aumento de la movilidad nos ha ido trayendo la presencia de los vehículos pesados; y, ante todo, la certeza de que necesitamos una autovía que vertebre la provincia de Badajoz, desde esa capital hasta el límite con Córdoba; y que se prolongue por esta provincia, buscando Granada.

Necesitamos la autovía para que nuestros pueblos se desarrollen, poniendo en valor nuestras producciones agropecuarias, de gran calidad, pero de insuficiente comercialización.

 Necesitamos la autovía para que el turismo, que ahora muchos descubren que no es solo sol y playa, conozca los lugares magníficos de nuestras comarcas de La Campiña y Valle del Guadiato, con un turismo cultural, histórico, ecológico o religioso de primera categoría.

Necesitamos la autovía para tener acceso rápido y cómodo a lo que, por desgracia, no podemos alcanzar aún en nuestros pueblos, carentes de algunos servicios y algún tipo de comercio.

Necesitamos una autovía para que la circulación sea más fluida y segura, de modo que dejemos de ser una zona de riesgo; de riesgo en la pandemia de los accidentes de tráfico. Por todo esto volvemos a apelar a nuestros conciudadanos: tenemos que seguir tomando conciencia de la necesidad de la autovía. Puede ser un complemento de la toma de conciencia que se está viviendo en nuestros pueblos, que hace que se fomente la producción y el comercio locales; puede ser un complemento para muchas personas de otros lugares que toman conciencia de lo rural y vuelven su mirada a los pueblos, buscando una residencia más cercana al campo. Unas mejores comunicaciones serán unos aliados en todos estos proyectos y deseos. Mucho más si tenemos en cuenta el contexto de la Reconstrucción de la economía española de la que tanto se habla. Las zonas tradicionalmente deprimidas y abandonadas, deben ser las primeras en recibir ayudas para proyectos coherentes que impulsen el crecimiento.

Unamos nuestros esfuerzos de reivindicación a los esfuerzos de otras personas y otros grupos, que también pretenden el desarrollo comarcal y regional, la defensa de lo rural y la integración de nuestra tierra.

Por una Campiña Sur y un Valle del Guadiato desarrollados y prósperos, necesitamos y pedimos la Autovía A-81 ya.