Publicado el 14 de Octubre de 2023, Sábado Felipe López del Rio
CARTAS DEL LECTOR -
El debate sobre si se deben
utilizar los idiomas cooficiales en el Congreso de los Diputados de España es
un tema polémico que plantea importantes desafíos y dilemas. Aunque la
diversidad lingüística es una característica clave de nuestro país, tengo la certeza
de que existen argumentos más que suficientes, en contra de su uso en esta
institución o cualquier otra.
En primer lugar, el Congreso
de los Diputados es el órgano de representación nacional, donde se toman
decisiones que afectan a todos los españoles, independientemente de su lugar de
origen o lengua materna, por más que le pese a muchos, su nacionalidad es
española y ni una más que posible amnistía por delitos de golpismo contra el
propio estado. Utilizar los idiomas cooficiales en este contexto obstaculiza la
comunicación y la comprensión entre los diputados, afectando negativamente a la
eficiencia y efectividad de la toma de decisiones.Además, el coste asociado con
la implementación de servicios de interpretación o traducción simultánea para
los idiomas cooficiales podría resultar un gasto que sobrepasa lo superfluo y
convertirse en un gasto más de nuestra ya de por si megaestructura política,
asignando recursos financieros y humanos considerables, lo que implicaría
desviar fondos y esfuerzos de otras áreas prioritarias, como la educación o la
atención médica.
Por otro lado, el uso de los
idiomas cooficiales en el Congreso es el riesgo de polarización política y
regionalismo exacerbado. Permitir que los diputados se expresen en diferentes
idiomas podría fomentar un sentimiento de separación y división, en lugar de
promover la unidad y la colaboración entre las distintas comunidades autónomas
de España. Esto podría llevar a un Congreso aún más fragmentado y polarizado,
donde los intereses regionales prevalezcan sobre los nacionales, o lo que se
traduce en una España cada vez con menos identidad, donde las decisiones
importantes siempre estarán subditadas por golpistas, independentistas y
filoetarras, algo a lo que venimos acostumbrados desde que Pedro Sánchez es
presidente del Gobierno. Estamos, por lo tanto, muy a mi pesar y al de muchos
españoles ante la más que probable descomposición del Régimen del 78, ese que
nos dio a la actual Constitución española, se adoptó un sistema Parlamentario,
el Estado de Autonomías y la Reconciliación Nacional donde se garantizaba la
transición política que nos dio un nuevo periodo de prosperidad. Además, el uso
de los idiomas cooficiales podría complicar el proceso legislativo y la
transparencia. La necesidad de traducir documentos y discursos podría llevar a
retrasos en la toma de decisiones y dificultar el acceso a la información para
los ciudadanos que no hablan esosidiomas. Si ya de por sí consensuar cualquier
proposición no de ley o ley es una odisea sino es por decreto, ahora el tema se
complica y podría llegar a eternizarse cualquier tema.
Tenemos claro queel uso de los
idiomas cooficiales en el Congreso de los Diputados tiene un enfoque complicado.
Si bien es importante respetar y valorar la diversidad lingüística de España,
también es esencial garantizar que el funcionamiento del Congreso no se vea
comprometido y que bajo ningún concepto se ponga en entredicho ni la unidad de
España ni que se pierda la eficacia en la toma de decisiones.
En este sentido, una vez aprobada
esta ley por PSOE y SUMAR con el apoyo de todos aquellos partidos que quieren
destruir España, es fundamental encontrar un equilibrio que permita la
representación y la participación equitativa de todas las regiones de España
sin poner en riesgo la estabilidad y la efectividad de nuestra democracia,
tarea complicada cuando pones en almoneda a un país por el simple hecho de
dormir en La Moncloa.
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Noticia redactada por : Felipe López del Rio
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