Vuelvo a pronunciar otra vez de nuevo al cantautor, poeta y compositor catalán, Joan Manuel Serrat. El último premiado del Princesa de Asturias de las Artes, compuso este tema hace décadas titulada «Aquellas pequeñas cosas».
Y sí, es verdad que el aroma de aquellas pequeñas cosas perduran y se quedan para toda la vida. Aquellas pequeñas cosas que nos hacen sentir, vibrar. Son aquellas pequeñas cosas maravillosas que jamás olvidamos, y siempre nos acompañarán.
Sueño con que algún día aquellas pequeñas cosas tomen su importancia e impregnen en aquellas personas que ya no están con nosotros y nos han hecho la vida más amable y sencilla. Aquellas personas que dejaron de amarnos en vida, para cuidarnos y querernos eternamente.
Y como he sentido aquellas pequeñas cosas desde pequeño, me entristece pensar que estamos perdiendo las buenas costumbres. El de quedarnos hasta las tantas ahora que es verano tomando el fresco en la puerta de los vecinos, el disfrutar de una buena cena con viejos amigos en el patio de nuestras casas, y el de jugar a juegos clásicos en el parque o en las calles, ahora que es verano.
Todas aquellas pequeñas cosas que ha ido de padres a hijos, y de hijos a nietos. Una vida llena de plenitud que para algunos y algunas ya han acabado.
No renunciar a aquellas pequeñas cosas, nos hace ser unas personas más felices y seguras de que la felicidad está en aquellas pequeñas cosas, tangibles e intangibles, que nos hacen imaginar que algún día fuimos pequeños y felices. Y ahora en edad adulta nos obligan por sistema a ser infelices e inseguros, a pesar de tenerlo todo.
Es el sistema amigos y amigas…El sistema.
P.d.: «Uno se cree. Que nos mató. El tiempo y la ausencia» (JOAN MANUEL SERRAT).
