Hace más de un año que deberíamos tener nuevos presupuestos, es más deberían estar debatiendo unos nuevos a los del año pasado, lejos de eso, se cumplen más de dos años desde que se aprobaron los presupuestos generales del año 2023, aquel lejano 1 de diciembre de 2022, por lo que llevamos algo más de dos años con los mismos presupuestos, que serán prorrogados año tras año hasta final de legislatura.
La falta de apoyo de Pedro Sánchez y el Partido Socialista para sacar adelante los Presupuestos Generales de 2025 es una situación preocupante que refleja la inestabilidad política y la falta de consenso dentro del panorama gubernamental. Los presupuestos son una herramienta clave para el desarrollo de cualquier país, ya que son el reflejo de las prioridades del gobierno y determinan cómo se distribuirán los recursos entre sectores esenciales como la sanidad, la educación, las infraestructuras, las familias o la investigación.
Al no contar con un respaldo firme en este tema, se corre el riesgo de que se vean retrasadas inversiones necesarias para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente en un momento en que los retos económicos y sociales son cada vez más complejos. La falta de acuerdo también puede generar incertidumbre en el mercado y en los servicios públicos, afectando directamente a la sociedad civil, que podría ver recortados o incluso paralizados proyectos clave que impactan su bienestar, como es la ayuda universal por hijo de 200 € como ya tienen la mayoría de países europeos y que viene a paliar el incremento de esenciales como luz y la mayoría de alimentos.
Además, esta situación puede erosionar la confianza en las instituciones y en la capacidad del gobierno para cumplir sus compromisos con el resto de socios de la comunidad económica europea. La ausencia de unos presupuestos claros puede generar una sensación de desorganización y desconcierto, lo que, a su vez, puede disminuir la colaboración y el apoyo de la ciudadanía hacia sus representantes políticos, aunque el CIS se empeñe en demostrar otra cosa, en donde estudio tras estudio, viene a decirnos que el número uno es el mejor, más guapo y más poderoso líder no solo de España sino del mundo y seguramente pronto dirá del universo.
La sociedad civil necesita ver un gobierno que actúe de forma coherente y planificada, y el bloqueo de los presupuestos no hace sino acentuar la percepción de que hay una desconexión entre los intereses de la clase política y las necesidades reales de la gente. La cuestión es si la oposición podrá formar un bloque lo suficientemente fuerte como para tomar las riendas del país sin que sea un mero cambio de funciones, una mayoría fragmentada como la actual, hace que este control y gobierno sea haga prácticamente imposible, ya que son incapaces de llegar a acuerdos entre ellos si con ello ponen en entredicho que la pelusa más gorda la tiene cada uno de ellos en su ombligo.
En resumen, la falta de apoyo para aprobar los presupuestos no solo es un problema interno del Partido Socialista y del gobierno, sino que puede tener consecuencias graves para el conjunto de la sociedad, que se ve privada de la estabilidad y los recursos necesarios para enfrentar los desafíos del futuro. Esperemos que por una vez todos los políticos tengan lucidez para o tener presupuestos o tener nuevo gobierno.