Hoy quiero hacer algo distinto, algo inusual para mí, me vais a permitir que por una vez no venga a daros mi opinión sobre un tema político de actualidad. Hoy quiero hablaros de un tipo de familia, que necesita de empatía del resto de la sociedad, una condición decidida en la mayoría de casos por los progenitores, hoy vengo a hablaros de las familias numerosas.
De primera mano, ya que soy papá de tres niños y una niña, os puedo asegurar que, en este mundo con dinámicas familiares cambiantes, en donde cada vez nacen menos infantes, decidir y ser familia numerosa no es nada sencillo. Por ello, este tipo de familias representan no solo un modelo de convivencia, sino también un importante motor económico y social, fomentando la cohesión social y el sentido de comunidad, tan perdido en estos días. Hoy la mayoría de la sociedad, está tan metida y ensimismada en su propio ombligo, que vive agitada y enfadada con aquellos que viven en el constante ruido, en un mundo de juegos, energía y salud, porque sí, un niño que no hace ruido, grita y salta no es un niño feliz. Hoy a parte de esta sociedad, molesta que los niños corran un pasillo de su propia casa por el ruido que supone esos tres segundos de tránsito, o miran a los padres en la terraza de un bar porque los niños juegan y hacen ruido, en definitiva, muestran su felicidad.
Ojalá esas personas, amargadas con su propia vida, sepan que las familias numerosas fomentamos la cohesión social en una sociedad cada vez más fragmentada, ya que compartimos constantemente experiencias, desafíos y alegrías, creando grandes y fuertes lazos tanto entre los integrantes de la familia numerosa como con el resto de miembros de nuestro entorno. Además, somos una fuente de diversidad cultural y social que enriquecemos y fomentamos una vida comunitaria como medio de vida. En el interior de nuestros hogares, promovemos valores como la solidaridad, la empatía y el trabajo en equipo, habilidades esenciales para la vida en sociedad.
Desde el punto de vista económico, las familias numerosas tenemos un impacto significativo en nuestro entorno y es un tema determinante para nuestro día a día. Por un lado, generamos una demanda constante de vienes y servicios, por lo que somos un potente motor de estímulo de crecimiento de los negocios del entorno. Por otro lado, también enfrentamos a desafíos económicos considerables, como el aumento de gasto en alimentación, que vamos notando mientras nuestros hijos van creciendo, más gasto en educación y en salud, gestionando para todos estos esenciales un ajustado presupuesto, limitando por tanto nuestra capacidad de ahorro, que normalmente es, cero.
A pesar de nuestra constante contribución a la sociedad y la economía, las familias numerosas a menudo nos encontramos en una situación de desventaja, en cuanto al resto de familias. Las políticas públicas actuales no siempre reflejan la realidad de sus necesidades, no fomentando de esta forma la natalidad, haciendo que cualquier pareja o familia, piense muy seriamente que las desventajas ganan por mucho a las ventajas de ser este tipo de familia. Por ello, es fundamental que se implementen más ayudas económicas y sociales que reconozcan y apoyen a estas familias, como motor de una sociedad cada vez más envejecida y con más necesidades.
Es necesario promover subsidios directos, deducciones fiscales y acceso a servicios básicos a precios reducidos. Además, se deben fomentar programas de apoyo a la educación y la salud que consideren las particularidades de las familias numerosas. Estas medidas no solo aliviarían la carga económica que enfrentamos, sino que también reconocerían su valiosa contribución a la sociedad. Además, las familias numerosas contribuimos a la sostenibilidad del sistema de pensiones y a la fuerza laboral del país. Al tener más hijos, ayudamos a mantener el equilibrio demográfico, lo que es crucial en sociedades que enfrentan el envejecimiento de la población.
En conclusión, las familias numerosas somos un pilar esencial en nuestra sociedad y economía. Es hora de que se les brinde el apoyo que merecen, asegurando que puedan seguir prosperando y contribuyendo al bienestar de todos.