Día Europeo contra las agresiones a los profesionales sanitarios
- Los últimos casos denunciados por SATSE, y que han motivado protestas en localidades de Castilla y León, Catalunya, Andalucía o Galicia, son un ejemplo más de que la insatisfacción de algunas personas por el funcionamiento de la sanidad se plasma en actitudes violentas que resultan totalmente reprobables y rechazables.
- El Sindicato insiste en que “la agresión NO es solución”, sino contar con suficientes profesionales sanitarios para que cualquier persona vea satisfechas sus necesidades de atención y cuidados en un tiempo razonable y con todas las garantías.
El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha denunciado que la violencia en el ámbito sanitario es un problema “grave y recurrente” al que las administraciones sanitarias no dan respuesta porque uno de los principales problemas que lo originan es la insuficiencia de recursos humanos y materiales que sufre el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Con motivo del Día Europeo contra las agresiones a los profesionales sanitarios, y bajo el lema “La agresión NO es solución”, la organización sindical vuelve a poner el foco en una lamentable realidad que, lejos de desaparecer, forma parte de la cotidianidad del personal sanitario.
SATSE destaca que los últimos casos denunciados por la organización, y que han motivado sendas protestas en localidades de Castilla y León, Catalunya, Andalucía o Galicia, entre otras, son un ejemplo más de que la insatisfacción de algunas personas por el funcionamiento de la sanidad se plasma en actitudes violentas y ofensivas que resultan totalmente reprobables y rechazables.
Malestar
El Sindicato de Enfermería afirma que algunas situaciones que ayudan a elevar el malestar de pacientes y familiares son las esperas prolongadas para ser atendidos, las estancias en pasillos y camillas y la suspensión de intervenciones quirúrgicas programadas.
Estas situaciones, unidas a otras causas no menos importantes, como la falta de reconocimiento de los profesionales como autoridad, el desconocimiento de las actividades y circuitos que deben llevar a cabo los distintos profesionales y, en general, el estado de cierta crispación social imperante, sirven de caldo de cultivo a conductas violentas como vía de escape a un estado de frustración constante.
Precariedad persistente
Uno de los principales problemas tiene que ver con la insuficiencia de recursos humanos que hace que el SNS sufra una “precariedad persistente”. Por ello, SATSE insiste en que la agresión nunca es la solución, sino disponer centros sanitarios y sociosanitarios con suficientes profesionales para que cualquier persona vea satisfechas sus necesidades de atención y cuidados en un tiempo razonable y con todas las garantías.
“Si el presupuesto público destinado a Sanidad se recorta durante años y luego apenas sube, los problemas se multiplican y crece un ambiente propicio para la insatisfacción y el malestar entre pacientes y familiares que, cuando estalla, lo hace, lamentablemente, contra la persona que se tiene más cerca y a la que se tiende a responsabilizar de algo que, no solo no es culpa suya, sino que lo sufre también”, apunta,
“Remiendos”
SATSE señala que el problema no es sencillo y necesita de intervenciones diversas y en distintos ámbitos acorde a su origen multifactorial. La organización sindical reitera que, tanto las administraciones públicas (Gobierno y consejerías de Sanidad) como las empresas sanitarias privadas se limitan a implementar medidas paliativas y de atención a las víctimas que son “remiendos parciales e insuficientes”.
El último informe elaborado por el Ministerio de Sanidad concluye que, en 2024 se registraron un total de 16.558 agresiones a profesionales sanitarios, una “cifra récord” que supera a la del año anterior, cuando se denunciaron 14.749. Del total, un 78 por ciento fueron a mujeres y cerca del 27 por ciento tuvieron como víctima a una enfermera.
Denunciar siempre
SATSE recuerda que muchas de las agresiones no son finalmente denunciadas por el profesional, por lo que insiste en la importancia de que ningún acto violento quede invisibilizado. “Tolerancia cero, siempre y ante cualquier situación, no debemos asumir las agresiones como inherentes a nuestro trabajo”, añade.
Las enfermeras son un colectivo especialmente afectado por este grave problema al ser profesionales que tienen una relación estrecha y cercana con los pacientes y sus familiares que se desarrolla, no solo en los centros sanitarios, sino también, en muchas ocasiones, en entornos familiares como el domicilio del propio paciente.
Ocho de cada diez enfermeras aseguran haber sufrido uno o varios casos de agresiones verbales (amenazas, insultos, descalificaciones…) o físicas (empujones, golpes, puñetazos…), según encuestas realizadas por el Sindicato.
