EL DIVÁN 2.0
Las heridas en el alma son las difíciles de curar, tardan mucho tiempo en sanar.
La vida sigue avanzando y es una obviedad en el que tenemos que continuar con nuestra vida.
Mis peores momentos de mi vida los he vivido y los he superado con ellos, con mi familia. Aún pienso, que sin la ayuda de mis padres mi estabilidad mental y emocional no sería posible, como así bajo la vigilancia de mi tía Rosario.
He sido muy afortunado en mi vida, a pesar de perder a mi madre ya hace casi un mes. He aceptado su perdida como un ganador, porque sé que su ausencia me hará más fuerte para futuras perdidas existenciales, y sé que su descanso es la antesala a que desde el cielo me estará ayudando a crecer como persona y a contribuir a una sociedad más justa y en igualdad de condiciones.
Doy por supuesto, sus sabías palabras de mi madre, que de aquí no nos llevamos nada, pero los que sí nos llevamos son los buenos momentos que hemos pasado juntos.
Es triste cuando llego a casa y no la veo sentada en el sillón mirando su móvil, o las siestas que nos echábamos en verano antes de caer enferma. Pero, comprendo que los últimos años de su vida, no era el adecuado para ella, en el cuál el dolor y el sufrimiento que ha padecido, ya no lo tendrá nunca más.
Me enorgullece pensar que haya pensado que he sido un buen hijo para ella, que me he portado y he estado hasta el final con ella.
Y en el concepto de amor maternal, cabe la palabra gratitud, yo le estoy muy agradecido de haber tenido una madre como yo la he tenido. Siempre escribiré y contaré que he tenido una buena madre, que me ha querido como yo la querido, ese amor profundo, y ese amor que más allá de su muerte, me besa todos los días la herida aparecida tras su perdida.
Casi un mes sin ella. Casi un mes sin sufrimiento para ella. Descansando en el paraíso, esperando algún día mi llegada.
Y yo, tan feliz y orgulloso de haber conocido una madre como yo he tenido.
Profundizamos en cosas banales, anteponemos nuestro orgullo, antes de poner nuestro amor, eso es lo único que nos llevamos de este mundo, o así, lo he aprendido de mi madre.
Espero que desde arriba, te haya llegado este artículo de El Diván, que con tanto amor y admiración, otra vez de nuevo, he hecho para tí.
Feliz descanso, mamá.
Todo esto bien por aquí abajo.
Seguiremos por tí, caminando por este sendero llamado VIDA.
P.d.: «Donde hay amor hay vida» (MAHATMA GANDHI).