EL DIVÁN 2.0
Me cubro de besos y caricias hasta encontrarte. Mis locas manías de perseguir tu cuerpo y cantarte al oído todo mi ser. Me llenas y me colmas de calor de tu cuerpo y abrazarte en silencio en mi consuelo. Me dejas tiritando de mí frío y manta en mano en busca de otro querer.
Me tienes a tu merced, y entre idas y vueltas y redoble de campana me llamas buscando refugio en mis brazos.
Camino hayando el alivio a este dolor que siempre he tenido al día después del aguacero. Te llevaste todo y te llevaste lo mejor de mi hogar, lo más valioso, el ser más preciable, pero sé que te lo has llevado porqué te es necesario, y porque la precisas, y que todo es tan comparable al amor deseado, que todo eso es el amor. Tan pulcro y tan cruel a veces, que todo es fruto de la fuerza del corazón.
No me dejes solo en esta agonía, colmame de todo ese amor tan incalculable como tus deseos de verme siempre feliz.
La vida se escribe con nombre de mujer y te recuerdo como algo tan mío y tan dentro de mí, como ese descanso eterno que tienes en estos momentos.
Destilas una fragancia especial y dejas una huella imborrable en mi corazón, que jamás se me olvidará hasta que cierre mis ojos.
Lloro de felicidad de haberte tenido en mi vida, y ahora vuelas sola y bendices todos mís días para llegar a tocar el infinito como tú ahora mismo lo estás tocando.
El final no es ahora para tí, es el principio, y ese principio es ahora, en el paraíso, en el edén, en la brújula donde me orientarás en mis días tristes y sin rumbo.
Un rumbo fijo del que tú ya estás disfrutando. Sólo te pido de que me avises para cuando nos volvamos a ver, nos alegremos y toquemos el firmamento juntos. Y nos sonrías el uno al otro. Y nos sigamos queriendo hasta la eternidad.
Gracias por haber creado la obra más bonita que has podido hacer en vida mamá, que es nada más ni nada menos que darme la vida.
Seguiré avanzando contigo hasta llegar a tocar el cielo con las manos.
P.d.: «Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama» (ALFRED DE MUSSET).
