No sé sí es un sueño o una realidad como una novela de no ficción. No me encuentro en mi mejor personal, a veces la vida nos pone a prueba y yo estoy inmerso en ese juego donde muevo las fichas de mi casillero y avanzo y retrocedo según mí día a día.
No es fácil enfrentarse a la realidad y al paso del tiempo. Me gustaría viajar en la máquina del tiempo y regresar a mi pasado, al origen e irme después al futuro para adelantarme a lo que me sucederá, y después instalarme en el presente.
Estos últimos bailes que me da la vida con mi madre, me hacen ver que no sé qué pasará cuando ella no esté. No tendré más remedio que aceptar la pérdida y otra derrota que me ha ganado la vida.
Es perjudicial para mí alejarme del mundo, pero necesito reflexionar sobre mí lucha diaria por sí es sano seguir este camino tan tortuoso para mí mente.
Será cuestión de tiempo de que yo salga de esta situación más fuerte, más positivo y sobre todo que haya aprendido la lección y el revés que me va a dar la vida.
Paso firme y ninguna lágrima, hay que seguir sumando batallas y no desfallecer en el intento de ser feliz. Quiero ser feliz y creo que sí yo soy feliz, también serán los demás, y sin lugar a dudas, mi madre, esté dónde esté.
Es inimaginable no pensar en ella. Ese sufrimiento en silencio, ese último aliento donde respira vida. Ese aire fresco que hace que siga viva. Ese azul que marca el compás de sus ojos tan llenos de energía.
No dejaré que mi flota de barcos la toquen ni la hundan. Seguiré remando para llegar a tocar tierra. Esa tierra dónde me lo ha dado todo mi madre, y esa tierra dónde me queda mucho por hacer.
La primera vez estuve equivocado, la segunda vez estaba en lo incierto y la tercera vez toque el cielo con las manos.
P.d.: «El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo»
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY
